Madre e hijo venían a formar una familia

Patricia Blanco
Patricia Blanco REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

La nueva pareja de Carla esperaba aquí por los dos, para construir su vida los tres juntos

29 jul 2013 . Actualizado a las 19:07 h.

«Hoy es un día triste para tod@s los que queríais a Carla. Un asesino conductor del tren me ha arrancado la vida de mi hija y su niño, mi pequeño nieto. No puedo hablar más porque me cuesta hasta respirar. Pido que oréis por ellos, que tanto amor regalaron». El viernes, Gracia Vaquera colgaba este mensaje en su perfil de Facebook. Lamentaba así, públicamente, el trágico accidente ferroviario que dos días antes se había cobrado la vida de su hija, Carla Olga Garrido Vaquera (Elche, 1978), y también la de su nieto, Jesús Antonio Rodríguez Garrido (Vielha e Mijaran, 2000), sobrino del diputado popular José Ignacio Llorens.

El pequeño tenía tan solo 13 años. «Quin desastre!», escribió Álex Moga, el alcalde de Vielha e Mijaran, cuando supo de la noticia. El pequeño había nacido en ese municipio, si bien había partido de allí en el 2003. En el 2005, Carla y su hijo se trasladaron a Vizcaya. Después, a Soria, aunque seguía muy vinculada a Elche. La historia de esta madre y su pequeño ha sido recogida por numerosos medios de comunicación. Aunque algunos apuntaban que viajaba con su pareja, lo cierto es que el novio de Carla los esperaba en Galicia. A ella y a su hijo, fruto de una relación anterior. En nuestra comunidad, recoge el periódico Información, venía a asentarse con Suso, su nueva pareja. Querían construir una familia.

Asociación contra el maltrato

Diversas noticias informaron de la muerte de Carla resaltando lo trágico de su fallecimiento porque, apuntaban, tenía previsto casarse ayer mismo con su novio. En Galicia. No obstante, Información aclara también que fuentes familiares descartaron que fuese así, aunque la joven sí deseaba casarse en un futuro. Amiga de sus amigos, cariñosa, solitaria, muy vital, una luchadora nata, una sufridora que había salido adelante entregándose a los demás... Son algunos de los calificativos que usó para ella su familia. Carla «iba a rehacer su vida con un joven magnífico», declararon personas próximas a ella. Iba a rehacerla porque lo había pasado mal. Autora del libro La mujer es una diosa, en el que relataba su experiencia, puso en marcha también con este mismo nombre una asociación contra la violencia machista. Carla se convirtió en una salvadora.

El artista Huecco, socio de honor y padrino de dicha entidad, recordaba ayer en su perfil de Facebook cómo la había conocido, cuando ella acudió a Alicante y entró en su camerino, para pedirle su colaboración.

«-¿En qué te podemos ayudar? -pregunté-.

«-Somos una asociación un poco extraoficial, salvamos mujeres, nos llaman de emergencia amenazadas de muerte por sus novios o exmaridos, cojo un coche, me pago la gasolina, las recojo en la otra punta de España y las cambiamos de ciudad para que empiecen una vida nueva. A veces llegamos a tiempo, otras no. Hay gente que critica nuestro método, pero el resultado son mujeres vivas -me dijo contundente-».

La furgoneta verde de Carla

Entonces -explica Huecco en su recuerdo escrito- le preguntó a Carla qué deseo pediría para su asociación. Ella respondió: «Me gustaría tener una furgoneta de nueve plazas para poder transportar más mujeres amenazadas, en mi coche no cabemos y está muy viejo». El deseo de la joven se cumplió: «Le donamos una furgoneta que elegí personalmente, en un kilómetro cero de la carretera de Toledo. Esto no tiene ningún mérito. Yo pongo un instrumento que en sí mismo es inútil si ella no pone la batalla, el trabajo, la furia devorando kilómetros en pos de salvar una vida. Esa era Carla. Qué manera de guerrear en positivo», cuenta Huecco sobre la joven fallecida. Para él, «uno de los días más felices» de su vida llegó al año siguiente, cuando Carla le contaba en un correo electrónico las vidas salvadas y las historias vividas.

La joven, que según recuerda él en su homenaje se había enfrentado a una dura enfermedad, «por fin» había encontrado «a un nuevo hombre en Galicia». Con él iban a reunirse ella y su hijo. Pero no llegaron. «Así te recordaré siempre -escribe el artista-. Porque para mí sigues entre nosotros, siempre conduciendo tu furgoneta verde, transformando los palos de la vida en energía positiva». La madre, Gracia, viajó a Galicia para recoger los restos de su hija y de su nieto, Josu.