Un jubilado australiano reconstruye en 3D la tragedia de Angrois

Francisco Balado Fontenla
F. Balado LA VOZ

GALICIA

Vtelevisión

Peter Olsen ha invertido más de 400 horas en la reconstrucción del accidente de A Grandeira

14 sep 2013 . Actualizado a las 20:35 h.

Peter Olsen, natural de Sídney, trabajó durante más de 30 años como informático hasta que en el 2008 fue despedido por su empresa. Desde entonces dedica su tiempo libre a mejorar la seguridad en los centros escolares y al modelado en tres dimensiones. A través de una compleja combinación de programas ha reconstruido Machu Pichu y la Pompeya antes del Vesubio, ha levantado la Gran Muralla China y el Cristo Redentor de Río de Janeiro, y ha esculpido las caras de los presidentes Washington, Lincoln, Jefferson y Roosevelt en el Monte Rushmore. Además, Olsen también ha recreado el accidente aéreo de Spanair en Barajas y el naufragio del Costa Concordia en aguas italianas.

Un amigo le propuso que lo intentase con el descarrilamiento de Angrois y Olsen asumió el reto. Desde entonces, le ha dedicado al accidente más de 400 horas repartidas entre un minucioso estudio de todas las fotografías y artículos publicados sobre la catástrofe, recreación fidedigna del Alvia 730, del viaducto de O Eixo y de la maldita curva de A Grandeira, estudio de las velocidades y posiciones de cada uno de los vagones en cada instante, encajar las piezas en un complicado puzzle, ponerlo en movimiento y pulir el resultado final. Una media de diez horas diarias de trabajo.

Olsen asegura que sus vídeos tienen un margen de error mínimo. De 30 centímetros en la posición de cada uno de los vagones y de 0,1 segundos en cuanto al tiempo.

El principal obstáculo con el que se ha encontrado este artesano del siglo XXI llegó con el idioma, ya que no habla castellano, y con el vagón número 7, la cafetería. «Sufrió el daño en la parte trasera, cuando la lógica invita a pensar que la parte más afectada debería haber sido la delantera, golpeada contra el muro». «Pensé que había volteado y golpeado con la parte trasera, pero cuando traté de programarlo no funcionó». Tras su estudio ha llegado a la conclusión de que los vagones 6 y 8 se han abierto hacia los lados, y que el número 7 se puso en vertical, como «una navaja automática», provocando que voltease. En ese preciso instante, el 8 pasaría por debajo. Defiende que la parte trasera del vagón 7 ha sido la más dañada, «es la parte más débil del convoy», y que Renfe debería tomar cartas en el asunto para evitar disgustos en el futuro.

Peter Olsen ha contactado con La Voz para compartir su excepcional trabajo con todos sus lectores.