«Eu non podo máis, ofrézolles o que teño neste momento», dice el empresario

La Voz

GALICIA

22 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El empresario ribeirense Alberto Suárez es consciente de que no saldó la deuda con la tripulación del barco. Pero cree que todo se debe a que el representante de los trabajadores pide más dinero de la cuenta. La diferencia entre lo que reclaman y lo que él está dispuesto a aportar es sustancial: lo que le piden son 207.000 euros y lo que cree él que les corresponde son 57.000 euros. Dice que la diferencia viene dada por lo siguiente: «Eles piden unhas primas de pesca, que é certo que están nos contratos, pero eu non llas podo pagar porque non gañei nada por esa marea. Toda a carga segue no barco, en Liberia, totalmente inservible. Non lles podo pagar porque non vendín nada diso, non teño de onde sacar todos eses cartos».

Según Alberto Suárez, cuya versión es totalmente opuesta a la de Momar Fall, cuando llegó a España intentó negociar para saldar la deuda con los marineros. Pero el representante pedía «demasiado dinero» y, entonces, las conversaciones quedaron estancadas. Suárez señala que le costó muchísimo que el banco le diese un crédito de 100.000 euros, que, según asegura, tiene intacto esperando a ver si llega o no a un acuerdo con los marineros.

Los grandes perjudicados

Momar Fall, por su parte, indica que Alberto Suárez ni tiene ahora ni tuvo nunca intención de pagar a la tripulación. Y que los marineros son los mayores perjudicados. Y para refrendar sus palabras muestra correos electrónicos enviados por Alberto Suárez donde la cantidad que se ofrece es mucho menor aún de esos 57.000 euros.

Así las cosas, parece difícil que la historia del Eros vaya a tener un punto y final en un plazo breve de tiempo. Además de que la tripulación continúa reclamando su dinero y de que su representante ha acudido ya a los tribunales en África para denunciar el caso y así intentar cobrar los 207.000 euros, también está la situación del barco. Continúa amarrado en el puerto de Monrovia, en Liberia. La tripulación hará todo lo que esté en su mano para que Alberto Suárez no pueda traerlo a España, ya que consideran que si lo hace se olvidará de ellos. Y Suárez dice que, al no tener el buque «trabajando como asalariado como ahora, yendo a Gran Sol, no gano para pagarles».