Condenadas por hacerle creer a un niño que su padre había muerto

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

GALICIA

La madre y la abuela tendrán que permanecer años alejadas del menor

27 sep 2013 . Actualizado a las 10:45 h.

Un niño lucense de cuatro años pasó 14 meses sin poder ver a su padre porque su madre y su abuela le hicieron creer que se había muerto. El engaño tenía como objetivo conseguir que el progenitor no se lo llevase cuando le correspondía, después de haberse separado. Cuando, por fin, el hombre consiguió resucitar, después de superar múltiples trabas, el menor sufrió una gran impresión. ¡Su padre estaba vivo! Las dos mujeres urdieron una trama de novela. Llegaron a acusar al padre de agresión sexual a su hijo e, incluso, llevaron al pequeño a urgencias para hacer creerle al progenitor que se encontraba enfermo.

El juicio a ambas, celebrado en Lugo, se resolvió con una conformidad. Las acusadas (para las que el fiscal pedía inicialmente cinco años) se salvan de ir a la cárcel. La madre aceptó 11 meses de prisión por maltrato y 5 por acusación falsa. Asimismo, pagará una multa de 1.420 euros. La abuela fue condenada a 20 meses de prisión y a una multa de 720 euros. Ambas deberán permanecer alejadas del niño; su madre, casi dos años, y su abuela, cinco. Tendrán que pagarle 84.000 euros de indemnización al padre, 3.000 a su pareja y 18.000 al chiquillo.

El niño nació en abril del 2003 y, aunque el padre no llegó a convivir con la madre, se interesó desde el principio por su hijo, al que pudo visitar hasta julio del 2005. Desde ese momento la acusada prohibió al progenitor ver a su hijo o relacionarse con él. Para que el niño no le echase en falta lo convirtieron en huérfano de padre. El afectado estuvo en esta atípica situación hasta septiembre del 2006. Ese fue solo el comienzo del calvario que aguardaba al chiquillo y a su padre.

Escondidas

De entrada, el hombre tuvo que luchar judicialmente para poder ver al niño. Un juzgado le concedió un régimen de visitas progresivo en febrero del 2006. La madre y la abuela recurrieron y la Audiencia Provincial le dio la razón al afectado.

El último fin de semana de julio del 2006 el padre acudió al domicilio de su expareja para recoger al niño. Las ahora condenadas le hicieron creer que no estaban en casa, donde se escondieron con el menor, al que ordenaron que estuviera callado. Finalmente no fue posible el encuentro y el padre tuvo que esperar mes y medio. El chiquillo se quedó impresionado cuando de nuevo volvía a tener padre.

Tras la aparición, la relación entre padre e hijo comenzó a normalizarse. Sin embargo, las acusadas trataron de que no fuera así. Con acosos, amenazas, coacciones y conductas intimidatorias, según el fiscal, trataron de que el niño se pusiera en contra del padre. El menor, que ahora tiene 10 años, vivía una situación angustiosa, sobre todo cuando se acercaba el día de que su padre lo visitase. La madre y la abuela trataban de que cuando se iba con él llorase para transmitir una falsa sensación de que no lo aceptaba. El fiscal recordó que el chiquillo quería a su padre, lloraba ante las dos acusadas, pero luego se comportaba de modo normal con el progenitor.