Alfonso Basterra, desde la cárcel: «Estoy a dos velas, sin patrimonio ni empleo»

redacción / la voz

GALICIA

El padre de Asunta reconocido desde la cárcel de Teixeiro que le será muy difícil volver a trabajar si sale de la cárcel

01 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Alfonso Basterra, encarcelado junto a su mujer por el asesinato de la hija de ambos, atraviesa una situación económica precaria, tal y como confiesa en la tercera entrega de la entrevista que le hizo El Correo Gallego en la cárcel de Teixeiro, por la cual Basterra ha sido apercibido por la dirección del penal ya que el autor de la entrevista solicitó la reunión con el recluso como amigo, sin seguir los cauces establecidos.

En la entrevista reconoce que le va a ser muy difícil obtener un trabajo si sale de la cárcel: «Para qué voy a negarlo. Si salgo en libertad, como espero, tendré que encontrar trabajo rápidamente. Tengo una cuenta corriente con unos pocos fondos y nada más». Más adelante, Alfonso Basterra asegura que no tiene ningún patrimonio: «Charo sí tiene, yo no».

Tenía dos proyectos

El padre de Asunta afirma que «poco antes de que pasara todo esto», tenía dos proyectos que se vinieron abajo. Explica que su especialidad, como periodista, son los temas relacionados con el turismo. «Ahí es donde me siento más cómodo».

Basterra insiste en la entrevista en que su situación económica es complicada, y asegura que «ahora lo que más me preocupa es el piso que aún tengo alquilado. Tengo que tomar ya una decisión al respecto». Se refiere al piso en el que residía, situado en la calle República Argentina, en Santiago. Allí fue donde comieron Asunta y sus padres el sábado 21 de septiembre, día en que la pequeña desapareció.

«Como un hostal barato»

Basterra permanece en la enfermería de la cárcel desde su ingreso el pasado 27 de septiembre. Reconoce que en esa zona del penal de Teixeiro no se vive mal. Y la describe así: «Esto es como un hostal barato». Dice que lo peor fueron los dos días que pasó en el cuartel de la Guardia Civil, en Lonzas. «Aquello sí que era para salir corriendo. Un espacio minúsculo, un catre, una manta y se acabó».

Ahora en la cárcel ha empezado a escribir una especie de memorias sobre las experiencias que está viviendo en el centro penitenciario. Basterra explica que con ese trabajo no pretende obtener un rendimiento económico, que solo es una terapia para mantenerse entretenido y practicar su profesión de periodista.