El déficit hace peligrar las ayudas de cohesión de la UE a Galicia

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / E. LA VOZ

GALICIA

Bruselas podría suspender los fondos si España no cumple los ajustes

08 nov 2013 . Actualizado a las 14:27 h.

La Unión Europea da una nueva vuelta de tuerca a la política de austeridad. Las ayudas procedentes de los fondos estructurales, que representan casi un tercio de los presupuestos comunitarios, podrían suspenderse en el futuro si España sigue con el déficit incontrolado. Una medida más encaminada a meter en cintura a los países con graves desequilibrios económicos.

Ayer mismo, Parlamento y Consejo llegaron a un acuerdo sobre la futura política de cohesión de la que dependen la mayor parte de los fondos europeos que recibirá Galicia en los próximos siete años, que ascienden a 2.771 millones de euros, para financiar los programas de innovación, investigación, fomento del empleo y tecnologías de la información. A falta de ratificar el acuerdo en el próximo pleno de la Eurocámara, ambas instituciones han dado su visto bueno a una cláusula de condicionalidad macroeconómica que exige a todos los Estados beneficiarios de las ayudas que corrijan sus graves desequilibrios económicos y cumplan con los objetivos de reducción de déficit que se les han marcado si quieren seguir recibiendo cofinanciación de la UE.

En el caso de España, Bruselas amplió en mayo el objetivo de déficit del 4,5 al 6,5 % del PIB. En agosto se situaba en el 4,8, y la UE calcula que llegará al 6,8 a final de año. El Gobierno asegura, sin embargo, que no superará el techo del 6,5. Desde la Eurocámara tratan de calmar los ánimos y aseguran que será muy difícil que esta decisión se lleve a la práctica. La presidenta de la Comisión de Desarrollo Regional, la conservadora polaca Danuta Hübner, defiende la decisión del Parlamento de aceptar esta cláusula ante la obcecación demostrada por los Estados miembro y trató de despejar las dudas sobre el futuro de las ayudas: «Fuimos los únicos que luchamos contra esta condicionalidad frente al Consejo y la Comisión. Hemos conseguido que se tenga en cuenta al Parlamento a la hora de decidir si se imponen o no las suspensiones», indicó. También recuerda que en todos los casos deberá analizarse la situación económica de cada país para evaluar el impacto.

Se cumplan o no las amenazas, es un aviso a navegantes. Los países enrocados en la política del recorte, encabezados por Alemania, han peleado en los últimos meses por incluir esta medida para manejar las riendas de los presupuestos de la Unión. Desde las filas socialistas ya han anunciado que presentarán enmiendas al acuerdo que se votará este mismo mes: «Es una pésima medida, además de insolidaria. Podría tener efectos muy negativos en el desarrollo económico de las regiones», asegura María Irigoyen, miembro de la Comisión de Desarrollo Regional. Critica con dureza, además, la posición de los Estados miembros.

Fuentes consultadas en la Xunta precisaron que la llamada condicionalidad macroeconómica estuvo presente en todo el proceso de negociación, porque los países que son contribuyentes netos (como Alemania o Francia) presionaron para ello. Pero en la Administración gallega descartan que ese factor vaya a tener incidencia alguna en la percepción de los fondos previstos. Aseguran que tanto el Comité de las Regiones como el propio Parlamento Europeo se posicionaron en contra de ese criterio, y sostienen que, de producirse algún cambio, sería meramente cosmético para contentar a los contribuyentes netos.