Le reprocha que no entregó su portátil y que hizo acopio de Orfidal. SIGUE AQUÍ TODA LA INFORMACIÓN DEL CASO
06 dic 2013 . Actualizado a las 14:09 h.El auto de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, con sede en Santiago, por el que se rechazó la puesta en libertad de Alfonso Basterra es rotundo y contundente. Los magistrados creen que existen «indicios racionales» de su participación en el crimen y enumeran hasta catorce razones relacionadas con el día de la muerte, el 21 de septiembre, los meses anteriores y la actitud que está teniendo tras su detención e imputación, negándose a colaborar con la Justicia en la investigación del asesinato de su hija.
Causa y hora de la muerte
El informe inicial de la autopsia la sitúa entre las 16 y las 20 horas y señala que fue por asfixia por sofocación.
La sedación
En las horas previas a la muerte de Asunta, se le suministró lorazepam (marca Orfidal) y los análisis toxicológicos registraron una presencia de 0,68 microgramos por mililitro en la sangre de la pequeña, una dosis tóxica, pero no letal.
Sin marcas
El cadáver de la niña no presentaba «lesiones o marcas propias de un acto de resistencia», lo que prueba que el Orfidal anuló por completo su voluntad.
Contenido gástrico y orina
El Orfidal también se halló en el contenido gástrico, lo que implica un consumo reciente por su no completa absorción. También se detectó una pequeña cantidad en la orina y los tóxicos no se eliminan en esta sustancia hasta dos o cuatro horas desde su absorción.
Murió tres horas tras la comida
El examen del contenido gástrico prueba que «el tiempo transcurrido entre la última ingesta de alimento sólido por Asunta y su muerte podría estimarse entre tres y cuatro horas».
Asunta comió en su casa
La Audiencia Provincial recuerda en su auto que, «según declaró Alfonso Basterra», el día de su muerte Asunta comió en casa de su padre entre las 14.30 y las 15 horas y permaneció en ella hasta las 17.15 horas.
De todos estos datos, señala el auto de la Audiencia, «cabe inferir que existe una muy alta probabilidad de que a Asunta le fuese suministrado lorazepam mientras estaba en el domicilio de Alfonso Basterra. Es la posibilidad que hace coincidir todos los datos: hora de la muerte, que tuvo lugar como más tarde a las 20 horas; última ingesta de alimento sólido, que por ocurrir tres o cuatro horas antes de la muerte no pudo ser posterior a la salida de la casa de Alfonso, y comienzo de la eliminación del medicamento por la orina, al menos dos horas después de su absorción».
Dijo que no tenía Orfidal
Basterra declaró que no tenía el medicamento en casa y no dijo que lo tuviese prescrito, pero sí señaló que Rosario Porto lo llevaba consigo y que tomaba esa medicación.
Compró el medicamento
Una farmacéutica ha permitido constatar que Basterra compró Orfidal el 5 de julio, una caja de 50 comprimidos; el 17 de julio, una caja de 25, y el 16 de septiembre, cuando adquirió otra caja de 50. «Esas compras no tienen relación con las fechas en que un médico dijo haber prescrito el medicamento a Rosario Porto», dice el auto. En la farmacia, Basterra dijo que le había recetado el Orfidal un médico que ha negado haberlo tratado en los últimos años y otro facultativo declaró que un compañero suyo le prescribió una caja de 50 pastillas de Orfidal el 22 de julio, «dato que omitió en su declaración», añade la Audiencia.
Los análisis del pelo
Las pruebas dejan claro que en los meses anteriores a su muerte Asunta ingirió lorazepam.
La profesora de música
Detalló un episodio en el que la niña fue sedada a su clase que la Audiencia ve «claramente compatible» con el consumo de lorazepam y destaca que fue Basterra quien llevó a Asunta ese día a clase y quien la fue a recoger y que él mismo declaró que la noche anterior había dormido en su casa.
Los polvos para la alergia
Los polvos disueltos que los dos imputados han dicho darle a Asunta para la alergia «no cuentan con el refrendo médico del diagnóstico de esa enfermedad ni con la prescripción facultativa del medicamento supuestamente administrado».
Según la Audiencia, estos indicios vinculan a Basterra con la administración de Orfidal a su hija antes de la muerte y destaca que «adquirió sin razón que lo explique importantes dosis de ese medicamento». Además, «tuvo que conocer que su hija presentó varios episodios de intoxicación por estar con ella esos días» y no hizo nada para averiguar «el estado anómalo de su hija», añade el auto.
No colabora con la Justicia
La Audiencia destaca tres indicios en este apartado. No explicó por qué Asunta ingería Orfidal en los meses previos a su muerte, se negó a declarar tras el levantamiento del secreto de sumario y no ha entregado su ordenador ni ha dicho dónde está pese a que también se había negado alegando ese secreto de sumario que ya no existe.