«Todo el mundo estaba cerca del faro [de Meirás], viendo las olas, y unas diez o quince personas se encontraban a unos cien metros de allí, en un acantilado, al borde mismo del mar. De repente llegó una ola, no estoy seguro de si una o incluso dos, y lo cubrieron todo, quedó todo el acantilado blanco... Cuando ya se calmó vi que la gente empezaba a correr», relata Cristóbal Pantín, vecino de Valdoviño y testigo presencial del dramático suceso. «Nadie lo veía venir, fue todo muy repentino, nadie se imaginaba que iban a llegar unas olas tan grandes, porque el acantilado está bastante alto», agrega. Cuando se marchó vio que llegaban los bomberos, la Guardia Civil y la ambulancia. Fue entonces cuando se percató de que había ocurrido algo muy grave.
Si el entorno del faro de Meirás ya había atraído durante todo el día a decenas de curiosos que se acercaron a presenciar el oleaje, desde que trascendió la tragedia familiares y amigos no dejaron de acercarse hasta la zona. De hecho, la Guardia Civil ya se había trasladado al faro antes de que el mar se llevase a estas personas -miembros de una familia muy conocida en la comarca- para advertir a los que se encontraban disfrutando del paisaje de los riesgos que entrañaba la costa, en una jornada en la que se llegaron a registrar olas de hasta 12 metros.
En un primer momento, los efectivos de Protección Civil cortaron la carretera para mantener alejados a los curiosos, aunque permitieron que se acercasen los más allegados hasta la zona conocida como Os Cántaros. Las escenas de dolor por lo sucedido no dejaron de repetirse y la consternación sacudió a toda la parroquia valdoviñesa, en donde los Bedoya eran muy conocidos. De hecho, el padre y abuelo de dos de los desaparecidos, que falleció hace poco más de un mes, fue concejal en el Ayuntamiento de Valdoviño años atrás.
Tras declararse la alerta, Salvamento Marítimo envió al lugar al helicóptero Helimer 209, que no dejó de sobrevolar la zona, pese a que la noche ya teñía un manto de completa oscuridad. Alrededor de una hora después se incorporó a la búsqueda el buque Sar Gavia. El dispositivo se completó por tierra por los efectivos de Protección Civil, la Guardia Civil y la Policía Local. Pese a los esfuerzos, los resultados fueron infructuosos. Junto a los allegados, el alcalde, José Antonio Vigo, permaneció en el faro de Meirás desde que se conoció la trágica desaparición de sus vecinos. El vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda; la delegada del Gobierno gallego en A Coruña, Belén do Campo; el presidente de la Diputación, Diego Calvo, y el alcalde de Ferrol, José Manuel Rey, pusieron a disposición sus distintos medios para colaborar con las tareas de salvamento.
Recomendaciones oficiales
Nada más conocerse el fatal suceso, la Dirección Xeral de Emerxencias emitió un comunicado en el que, además de anunciar el despliegue de efectivos en la búsqueda de los desaparecidos, reiteró la necesidad de extremar las precauciones ante el temporal costero que afecta a Galicia. Pidió a la población que no se acerque a diques o rompientes con el fin de prevenir eventuales golpes de mar.