Dos de los hijos de Sebastián Míguez, el desaparecido en Corrubedo, localizaron ayer el cadáver de su padre en unas rocas, seis días después de ser visto por última vez
09 ene 2014 . Actualizado a las 11:13 h.El mar devolvió ayer el cuerpo de Sebastián Míguez, una semana después de hacerlo desaparecer. Dos de sus hijos lo localizaron varado sobre unas rocas en la zona de O Corgo, a un kilómetro de Balieiros, el punto en el que fue visto por última vez cuando practicaba pesca deportiva coincidiendo con el inicio de un temporal que ha puesto en jaque a todo el litoral gallego. Los dos vástagos del difunto, de 71 años de edad, utilizaron unas cuerdas para recuperar el cadáver de su padre antes de alertar a Protección Civil y a la policía. Tomás es uno de ellos. Ayer, en el salón de su casa y junto a su madre, reconocía: «Le dijimos que no fuera a pescar, que era muy peligroso, pero él seguro que no sabía que entraba un temporal».
Unas cuatro horas después, con el cuerpo de su progenitor al lado, cubierto por una lona de plástico e intentando que la intensa lluvia no le golpease la cara, Tomás volvió a decir lo que pensaba y, sobre todo, sentía: «Llevamos seis días peinando la zona, esta -en alusión a la de O Corgo- y otras muchas buscando sus restos junto a vecinos, voluntarios de Protección Civil y agentes de la policía, pero al final fuimos nosotros, sus hijos, quienes lo encontramos y rescatamos, aunque fuese muerto. Es el destino, estoy seguro, así lo quiso y así fue, y yo me alegraré siempre de haber tenido el honor de sacarlo, junto a mi hermano, con nuestras propias manos».
Aún no eran las diez de la noche, y todavía bajo una intensa lluvia, cuando se personó en este lugar pedregoso la forense para proceder al levantamiento del cadáver. Antes, los restos habían sido trasladados por el servicio funerario desde el punto en el que fueron localizados hasta una zona más accesible. Mientras, los hijos, que no abandonaron a su padre en ningún momento, se mostraron muy enteros y con ganas de encontrarse lo antes posible con su madre para acompañarla durante la noche en casa. La misma vivienda que Sebastián Míguez, natural de Rianxo, construyó junto a su mujer en un solar que ella tenía muy cerca del faro de Corrubedo.
Jubilación frente al mar
Este barbanzano, que vivió junto a los suyos durante muchos años en Bilbao, en donde tenía una pequeña empresa constructora, decidió regresar a su comarca natal tras jubilarse. Eligieron este punto del litoral por la belleza salvaje del mar. La misma que acabó con la vida de Sebastián, pero que hasta el pasado viernes disfrutó cada día.
Ayer, sus hijos, horas antes del hallazgo y pensando que tal vez no podrían enterrar nunca a su padre, agradecían a todos los vecinos y voluntarios de Protección Civil el esfuerzo que hicieron para localizarlo: «No podemos responsabilizar a nadie, el mar está peligroso y no hay visibilidad por la lluvia, se hizo todo lo que se pudo y más. Por eso queremos agradecer el apoyo recibido. Eso no lo olvidaremos nunca».