La A-8, a 100 km/h en Mondoñedo

Xosé María Palacios Muruais
xosé maría palacios VILALBA / LA VOZ

GALICIA

Las advertencias por el viento van a ser habituales en la zona.
Las advertencias por el viento van a ser habituales en la zona.

Solo dos de los dieciséis kilómetros de la transcantábrica abiertos ayer permiten circular a 120. El viento y la niebla obligan a ser precavidos

05 feb 2014 . Actualizado a las 21:20 h.

Los dos tramos de la transcantábrica (Mondoñedo-Lindín y Lindín-Careira) que se abrieron al tráfico ayer -se pudo circular hacia la costa un poco antes que hacia el interior- obligan a estar pendiente del freno. El trazado discurre en una pendiente bastante prolongada, pues en poco más de diez kilómetros, entre Arroxo (Lourenzá) y el Fiouco (A Pastoriza), la altitud pasa de 176 metros a 698. Sin embargo, más que la pendiente, lo que obliga a frenar es la velocidad limitada, ya que apenas dos de los 16 kilómetros que completan el recorrido de la A-8 en Galicia tienen el límite de velocidad a 120.

En el resto del trazado hay señales que fijan el límite de velocidad en 100 por hora y otras que recomiendan no rebasar los 100 o incluso ir un poco más despacio: en el viaducto de Lindín (Mondoñedo), de 757 metros de longitud, se recomienda al conductor que avance a 90 por hora.

La altitud que se alcanza durante el recorrido y la zona por la que discurre la autovía hacen que el viento y la niebla sean dos amenazas más o menos presentes. Al automovilista se le recuerdan ambos factores con diversas señales; pero el día de ayer, además, ya sirvió para comprobar que pueden aparecer con pocos kilómetros de diferencia.

El viento empezó a soplar con fuerza a primeras horas de la tarde, y en lugares como el citado viaducto de Lindín se notaba con intensidad. En cuanto a la niebla, las balizas situadas cerca del Fiouco, techo de la autovía con sus casi 700 metros de altitud, estaban encendidas ya durante la mañana de ayer para favorecer la visibilidad de los conductores.

Conexión con la DGT

Como se explicó anteayer, durante los actos de inauguración, están conectadas con una estación meteorológica que informa a la Dirección General de Tráfico (DGT) de la situación que en cada momento se registre en ese tramo. En el punto de más altitud, además, la autovía discurre cerca de un parque eólico.

Teniendo en cuenta que los dos tramos, abiertos ayer e inaugurados anteayer por la ministra Ana Pastor, suman 16,5 kilómetros, apenas uno menos que el recorrido anterior por la N-634, el ahorro de tiempo se sitúa en un mínimo de cinco minutos, como comprobó ayer el autor de este reportaje recorriendo la autovía y la carretera nacional. Parece una reducción pequeña para viajes que pueden sumar varios centenares de kilómetros, pero hay avances más que evidentes para el conductor: se evitan las casi 30 curvas situadas en la N-634 entre A Xesta (Abadín) y Arroxo (Lourenzá); se olvida la imposibilidad de adelantar en la bajada de A Xesta a Mondoñedo; se suprime el embudo en el último tramo de la subida de la ciudad episcopal a Abadín por la falta de un carril de vehículos lentos, y se supera la incomodidad de un trecho que ya acusa el deterioro en algunos lugares.

De puente a puente

Los dos nuevos tramos de la A-8 tienen diez viaductos, pero al recorrido se le suma otro más. Es el de Cimadevila, situado cerca del acceso de Arroxo y situado en el final del tramo Lourenzá-Mondoñedo.

Por otro lado, la apertura de esos 16 kilómetros ya se notó en el tráfico de la N-634 al momento. A primeras horas de la tarde de ayer, entre Arroxo y A Xesta, solo aparecieron 23 vehículos, y la reducción resultó especialmente patente en camiones: solo se vieron tres -dos de ellos, además, pertenecían al servicio de conservación diaria.

El aparcamiento de algún negocio de hostelería de Mondoñedo ya registraba ayer una imagen casi vacía, como si la N-634 se hubiese reducido a simple corredor doméstico.