Los vecinos achacan a sus habitantes el aumento de robos en la zona rural
06 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Un niño a lomos de una moto de juguete y otro sentado en una silla escolar, cuatro perros correteando y el humo de una chimenea improvisada eran el jueves por la mañana las señales de vida más visibles del nuevo asentamiento chabolista de Lugo. Varios grupos de inmigrantes -gitanos rumanos- han levantado un poblado de madera, bloques, plásticos y cartones en una finca privada situada en Rubiás, a unos diez kilómetros del centro de la ciudad; y los vecinos de la parroquia y de otras limítrofes están atemorizados. «Desde que llegaron se han multiplicado las denuncias por robos de todo tipo», asegura un directivo de la Asociación de Veciños O Castelo-San Pedro de Labio que prefiere permanecer en el anonimato por seguridad. «Es gente peligrosa. Van y vienen. No sabemos cuántos son porque fluctúan mucho. Hay días que no ves a ninguno y al día siguiente ves a veinte en coches, furgonetas... Mientras sigan por aquí no estaremos tranquilos», indica, y explica que en los últimos meses han desaparecido aperos de labranza, herramientas de trabajo, ovejas, gallinas e incluso leña recogida en el monte.
«Van a lo que encuentran, y entraron ya en alguna casa», sostiene el hombre, que destaca la labor de la Policía Nacional. «Vienen muchas veces y los tienen identificados. Hasta hubo alguna detención, pero no pueden hacerles nada, no pueden con ellos», reconoce, antes de criticar la actuación de la Policía Local y del Concello, por permitir que levanten de manera ilegal cabañas y casetas. «Si yo quiero hacer algo en una finca tengo que ir al Ayuntamiento a pedir permiso porque si no lo hago me multan, pero ellos viven en condiciones de insalubridad, hacen lo que quieren en una finca que estaba vacía, que solo tenía un pozo de agua, y nadie les dice nada», critica.
El temor ha llegado al extremo de que días atrás representantes vecinales se reunieron con el subdelegado del Gobierno en Lugo, Ramón Carballo, y el comisario Manuel Teijeiro. Al parecer, parte de los chabolistas que viven ahora en Rubiás estuvieron antes en otro asentamiento en el municipio, en San Xoán do Campo. Vecinos del lugar afirman que los robos y las amenazas también eran continuos. «A un rapaz chegáronlle a pegar unha malleira de noite», señaló un dirigente vecinal.
Base de operaciones
Distintas fuentes señalan que los grupos están bastante organizados, y han establecido en Rubiás una especie de base de operaciones desde la que se desplazan a otros puntos de Lugo y del entorno. «Están a un paso de Muxa, de Benade..., a seis quilómetros do hospital de Lugo, a un paso das estradas que van a Meira e ao centro da cidade...», detallan. El panorama contrasta con lo que ocurre a pocos kilómetros, en O Carqueixo, donde el Concello sigue derribando las chabolas del asentamiento más longevo de la ciudad. «Si están levantando el poblado de O Carqueixo porque no quieren chabolistas, ¿por qué nos lo meten a nosotros?», se preguntan.