La Iglesia mediará entre los vecinos y el cura acusado de llamar adúlteras a feligresas

X. M. R. OURENSE / LA VOZ

CASTRELO DE MIÑO

El sacerdote de Punxín niega información de las cuentas, según los vecinos, y no permitió una ofrenda a san Wintila

13 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El obispado de Ourense se reunirá con los vecinos de Punxín que rechazan al sacerdote que desde hace tres meses está al frente de la parroquia y escuchará al cura, Jesús Conde, para mediar entre las partes y buscar una solución al conflicto. El vicario de Pastoral y Medios de Comunicación de la diócesis de Ourense, Jorge Estévez, dijo ayer que la Iglesia no tenía conocimiento de los hechos: «Lo único que sabemos es lo que aparece en la prensa y nuestra intención es hablar cuanto antes con los protagonistas para aclarar lo sucedido. El vicario general, o quien corresponda, hablará con los vecinos y se hará lo propio con el sacerdote».

Jesús Conde estuvo ilocalizable ayer y no atendió el teléfono en toda la jornada. El sacerdote está al frente de la parroquia de Astariz, Castrelo de Miño, y desde hace tres meses asumió la de Punxín tras abandonar la responsabilidad el anterior párroco, Emilio Outomuro, por enfermedad.

Los desencuentros de los feligreses de Punxín y Ourantes con Jesús Conde se han ido sucediendo en estos tres meses: el domingo denunciaba Jonathan Veiga, el sacristán que renunció a su cargo, que los vecinos están hartos de «que nos insulte e ofenda ás mulleres dicindo que non teñen sentimentos e son adúlteras». El cura no les deja acceder a las cuentas de la parroquia y en la romería de san Wintila, celebrada el 28 de abril, no permitió que los representantes de las agencias de extensión agraria de la provincia hicieran la ofrenda al santo, al que tienen por patrón. En dicha romería se subastan las ofrendas al concluir la fiesta. El sacristán, de 21 años y con 14 ejerciendo como tal, dijo ayer que está dispuesto a seguir, «pero nunca con este cura».