Pablo Jato García había viajado de Caracas a una finca de su propiedad, a 500 kilómetros, para vender ganado y fue sorprendido por sus asaltantes
09 nov 2014 . Actualizado a las 09:14 h.Un empresario natural de O Biduedo, en Triacastela, Pablo Jato García, de 59 años, murió abatido a tiros en su finca de Los Arucos, en el municipio de José Félix de Rivas, en Venezuela, a 500 kilómetros de la capital. El empresario, que regentaba un hotel en Caracas y que tenía una explotación de ganado vacuno con 200 reses, recibió, según fuentes familiares, varios disparos que le ocasionaron la muerte de forma instantánea. El presunto autor está detenido y encarcelado.
Los hechos ocurrieron el pasado 27 de octubre, sobre las seis de la tarde. Pablo Jato fue abordado en una finca de su propiedad a la que había viajado de Caracas, donde reside, para vender unos toros. Según varios medios de comunicación venezolanos, en la hacienda se presentaron varias personas, que dispararon contra el empresario natural de Triacastela. Después de abatirlo a tiros, salieron huyendo. Estos medios no dan cuenta de la detención de ninguna persona, sin embargo, la familia en España tiene conocimiento de que hay ya un detenido, que supuestamente es el autor de los disparos que acabaron con la vida del industrial. Los medios venezolanos recogen que el empresario recibió impactos en varias partes vitales del cuerpo y que le practicaron la autopsia, de cuyos resultados no dan cuenta. En la hacienda en la que ocurrieron los hechos se concentró un amplio despliegue policial que recogió pruebas, gracias a las cuales se logró la rápida detención del presunto autor.
Emigró con 20 años
El industrial emigró a Venezuela en el año 1976. Allí se casó con una venezolana y tuvo un hijo que este mismo año proyectaba casarse.
El hijo del fallecido, de 31 años de edad, comunicó el crimen de Pablo Jato a sus familiares de Triacastela, poco después de que fuera avisado por las autoridades venezolanas de lo ocurrido, según confirmó su hermano José. El empresario fue enterrado en un cementerio de Caracas. En la iglesia de O Biduedo, Triacastela, está previsto que se celebre un funeral, a finales de este mes. Su hermano no confirmó la fecha.
Pablo Jato García viajó a Triacastela en varias ocasiones desde que emigró. La última fue hace dos años para visitar a su familia. Permaneció, según recordó su hermano, algo más de un mes en la casa familiar. En ese tiempo se reencontró con sus dos hermanos y con sus sobrinos, además de con algunos amigos de la infancia vivida en O Biduedo, de donde se marchó con poco más de 20 años para probar fortuna en Venezuela.
Regentaba una hacienda
Sus familiares recuerdan que el empresario regentaba un hotel en Caracas, en el que tenía diez empleados. También se hizo con una propiedad en un municipio a 500 kilómetros de la capital venezolana en la que criaba ganado, que era una de sus grandes aficiones, que mantenía desde su infancia en Triacastela. Se dedicaba a las vacas de la raza autóctona y recientemente se había comprado un toro en Brasil para cruzar con su rebaño.
Según aseguró ayer su hermano, el industrial, con doble nacionalidad, española y venezolana, tenía previsto viajar a Triacastela en el mes de enero pasado. Sin embargo, por problemas con los vuelos decidió aplazar el viaje. También confirmó que el empresario había reforzado las medidas de protección ante la inseguridad que vive el país.