Podemos conquista los votos de AGE y BNG y casi iguala al PSOE en Galicia

Sin liderazgos reconocibles en Galicia, sin haber presentado propuesta alguna sobre la comunidad y pese a haber consumido sus primeros ocho meses de vida en extender su implantación y en organizarse, Podemos estaría a día hoy en condiciones de modificar sustancialmente el tablero de la política autonómica. El tracking continuado que sobre la intención y estimación de voto de los gallegos elabora el Instituto Sondaxe, determina que Podemos se ha hecho ya con un espacio político en Galicia, con el que en este momento incluso doblaría su porcentaje de votos obtenido en la comunidad en las elecciones europeas de mayo.

La foto fija de ese seguimiento demoscópico -que La Voz de Galicia publica hoy como primer sondeo electoral autonómico que analiza el respaldo que lograría la formación de Pablo Iglesias- evidencia que Podemos irrumpiría en el Parlamento de la comunidad como tercera fuerza, pero prácticamente a la par del PSOE. La respuesta espontánea dada por los encuestados sobre a quién otorgaría su voto indica que parte del electorado que buscó por la izquierda del PSOE un voto crítico en las autonómicas de hace dos años, mudaría ahora de opción en favor del partido de los círculos, que además se haría con una parte notable de los abstencionistas. El temor a su ascenso, precisamente, ejercería un efecto igualmente movilizador en la derecha, captando el PP el mayor apoyo de quienes no votaron en las pasadas autonómicas.

El tripartidismo que volvería a la Cámara gallega no sería en todo caso tan parejo como el que acaba de dibujar el CIS entre populares, socialistas y Podemos para el Congreso, siempre en función de la intención de voto. En el caso de Galicia, el PP doblaría holgadamente a sus dos adversarios, necesitando estos de una alianza múltiple con AGE y BNG para tratar de amenazar la mayoría absoluta de los populares.

Y si Podemos se quedaría solo a 0,9 puntos de las listas que encabezase Gómez Besteiro, doblaría en porcentaje a AGE, el fulgurante éxito político del 2012, que ahogado en sus crisis y rupturas internas ha dejado el camino libre a Podemos para aglutinar el voto descontento y el de los que buscan modos nuevos de hacer política y que no han acabado de vislumbrarlos en el grupo comandado por Beiras.

El BNG seguiría en caída libre, a pesar de haber frenado sus escisiones, y lo haría tanto en función del voto directo como en el estimado, el que corrige la respuesta espontánea con la expresión de simpatía o rechazo respecto a las opciones políticas en liza. En el segundo escenario de observación, los nacionalistas del tándem Vence-Jorquera se quedarían casi en la mitad de lo obtenido en el 2012, lo que les retrotraería a sus niveles electorales de 1981, nada menos.

El PP, a pesar de bajar solo 1,1 puntos en la estimación de voto respecto a sus últimos resultados autonómicos, rondaría ahora la reedición de los porcentajes logrados por Manuel Fraga en el 2005, que pusieron fin a sus cuatro mandatos con mayoría absoluta.

El trabajo de Sondaxe refleja uno de los mejores momentos de los socialistas desde que los lidera Gómez Besteiro, pero la recuperación del PSOE, además de ser insuficiente para superar los resultados de hace dos años, apenas se distancia de los peores guarismos en las urnas que cosechó el partido en una cita autonómica, cuando lo encabezó en 1997 Abel Caballero. Ese lento ritmo de ascenso es lo que hace que Podemos, con su fulgurante entrada, le pise los talones al PSOE a dos años de las elecciones. La estimación de voto para la formación de Iglesias mejora notablemente la obtenida por AGE en el 2012, lo que da una idea del éxito que obtendría traducido a escaños en este momento.

Eso sí, la abstención hoy es aún mayor de lo que lo fue en las pasadas autonómicas, pero el voto protesta en blanco cae, así como se hacen imperceptibles los apoyos a otras formaciones como CxG, UPyD o Escaños en Blanco.

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