Sucedió en O Valadouro, donde la mujer, de 85 años, ahuyentó a un falso viajante que se coló en su vivienda para pedirle dinero
04 dic 2014 . Actualizado a las 17:27 h.Edelmira Folgueiro, una anciana de 85 años, puso a la fuga al ladrón que el pasado martes, a eso de las dos y media de la tarde, se coló dentro de su vivienda, situada en un lugar apartado de la parroquia de Budián (O Valadouro) pidiéndole el dinero.
Estaba acostada, descansando, como suele hacer todos los días después de almorzar, cuando oyó llegar un coche delante de su casa. «Parou diante da porta e baixouse un home alto, delgado, de barba. Díxome que me traía tartas de Santiago de oferta e non sei que máis», cuenta la octogenaria.
Al decirle que no quería nada, el sujeto se dirigió a la puerta de atrás del vehículo insistiendo con que tenía «cousas para chavales». Y cuando de nuevo rechazó su oferta la octogenaria que, ya desconfiada, se fue acercando a la puerta de la casa para intentar cerrar, el sujeto la empujó y entró dentro de la vivienda pidiendo dinero.
Edelmira le siguió y al preguntarle el intruso si estaba sola, ella le respondió que estaban durmiendo arriba. «Nun momento o pensei todo. Empecei a berrar por Jaime e Baldomero, o meu xenro e o meu home, que está defunto, hai sete anos que morreu, dicindo, ?¡Jaime, Baldomero, baixade que hai aquí un home, e traede a escopeta!?».
Los gritos de la mujer surtieron efecto, ya que de inmediato el sujeto se dio la vuelta para salir de la casa y fue entonces cuando Edelmira echó mano del bastón que tenía arrimado en el paragüero y se lo bajó encima al caco con toda la fuerza que pudo, sujetándolo con las dos manos. Dice que no logró alcanzarlo de lleno en la espalda, «pero collinlle un ombro e as cachas», cuenta, explicando que si no llega a irse al empezar ella a gritar ya tenía pensado darle una lección.
Aunque no hay confirmación oficial, todo indica que el individuo es el mismo que un poco antes sustrajo la furgoneta que un comercial había dejado aparcada en la avenida Arcadio Pardiñas de Burela y que luego utilizaría para desplazarse hasta el vecino municipio de Alfoz, donde cubierto con un pasamontañas y con una vara en la mano -algo aprendió durante su visita a la casa de Edelmira- entró en un supermercado situado en el cruce de A Seara y se llevó todo el dinero que había en la caja registradora, menos las monedas. Luego se dio a la fuga en dirección a Mondoñedo y, según contó la propietaria del supermercado, más tarde lo cogieron en Oviedo.
Edelmira, mientras tanto, hacía correr la voz entre sus vecinos para que estuvieran al tanto de la presencia del delincuente que también había intentado vender en otra casa de la parroquia.