El líder de la secta de Oia, a la cárcel por abusos y asociación ilícita

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera VIGO / LA VOZ

GALICIA

Miguel Rosendo estuvo declarando ante el juez de Tui durante más de cuatro horas, en las que fue interrogado con detalle sobre sus prácticas

15 dic 2014 . Actualizado a las 09:28 h.

El edén en el que vivía Feliciano Miguel Rosendo en Oia, primero, y en Madrid, después, se convirtió en un infierno para sus víctimas. Por eso, tras cuatro horas de duro interrogatorio, el juez Marcos Amboage lo mandó a la cárcel. El titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Tui decretó prisión provisional comunicada y sin fianza para el líder de la secta de Oia, detenido el pasado jueves junto a su mano derecha, Marta Paz, en Collado Villalba. Al fundador de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel se le imputan los delitos de asociación ilícita y abusos sexuales. El primer delito se refiere especialmente a La Voz del Serviam, la entidad que constituyó en Madrid tras ser apartado de la orden de San Miguel por el obispado. El arzobispado de Madrid dejó claro que La Voz del Serviam no es católica ni puede ampararse en la Iglesia.

Rosendo llegó ayer al juzgado de Tui pasadas la nueve y media de la mañana y lo abandonó cerca de las dos de la tarde escoltado por dos agentes de la Guardia Civil, que lo introdujeron en coche patrulla para llevarlo hasta la prisión de A Lama. Ocultó su cara con un pasamontañas y un gorro en medio de una gran expectación ciudadana y mediática. Mientras duraba su declaración, una vecina de la parroquia tudense de Rebordáns acudió a los juzgados para denunciar públicamente ante los medios que uno de sus hijos que tuvo en su día contacto con la Orden de San Miguel ha sido captado por un grupo de Salamanca al que calificó de secta. Según Isabel Sías, su hijo, de 36 años, estuvo en contacto con los miguelianos, con la que participaba en algunas «conferencias» y «reuniones», y, mientras estudiaba en Santiago, el joven fue captado por la organización de Salamanca, que sí está reconocida por la Iglesia. Sías explicó entre sollozos que no presentó denuncia en los juzgados por miedo a perder a su hijo aunque aclara que sí remitió escritos al Papa y a los obispos, aunque no ha obtenido respuesta. Su hijo asegura que está contento con su situación personal y los amigos del joven también lo corroboran.

La declaración de Rosendo en el juzgado tuvo lugar un día después de que lo hicieran la falsa monja Marta Paz -que no ha sido consagrada como tal bajo el amparo de la Iglesia- y dos exmiembros, un hombre y una mujer, de la orden y mandato. Marta Paz y esta pareja quedaron en libertad con el cargo de asociación ilícita con obligación de comparecer cada semana ante el juez.