Los gallegos en activo no retiran de la farmacia una de cada cuatro recetas

GALICIA
A menos ingresos económicos, menor recogida de los medicamentos
05 ene 2015 . Actualizado a las 09:06 h.El Sergas elaboró, a petición del Parlamento de Galicia, un estudio sobre la adherencia a los tratamientos farmacológicos de los pacientes gallegos. Lo hizo aprovechando las nuevas tecnologías y la receta electrónica, analizando qué porcentaje de medicamentos prescritos por un médico realmente se acaban retirando de la botica. El objetivo era averiguar si los nuevos copagos, sobre todo el de los pensionistas, que antes del 2012 no existía, afectan a la retirada de fármacos. Lo hacen, aunque en un pequeño porcentaje. Teniendo en cuenta las recetas prescritas y retiradas en los seis primeros meses del año 2014, los pensionistas que no pagan nada por sus tratamientos retiraron el 83,5 % de los mismos, frente al 81,1 % de los que sí que tienen pagar. Es decir, que el copago afectó en dos puntos porcentuales.
En el caso de los pacientes activos, que deben abonar entre un 40 % y un 60 % de lo que cuesta la receta, el porcentaje de retirada baja. Casi uno de cada cuatro fármacos no se recoge en la farmacia aunque el facultativo lo haya prescrito. Las personas con menos ingresos -hasta 18.000 euros de renta- dejan sin retirar más medicamentos (el 24,4 %), frente a los que cobran más de 18.000 (un 23,6 %), y los que superan los cien mil euros de ingresos (22,5 %).
En Galicia se facturaron en el último año casi sesenta millones de recetas (59,7) según los datos del Ministerio de Sanidad. Aunque no existe un desglose de cuántas se corresponden con pensionistas o con activos, si se toma como referencia los pensionistas con algún tipo de copago -el colectivo que más fármacos consume-, dejarían de retirarse en las boticas unos catorce millones de recetas.
También hay una diferencia muy considerable en la adherencia farmacológica en función del tipo de medicamento. Así, aunque haya que abonar una parte, los pensionistas retiran casi en su totalidad los medicamentos de enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes o el colesterol. En este caso, la diferencia entre los que tienen los medicamentos gratis y los que deben abonar el 10 % del coste es pequeña -un punto porcentual-. Bastante más distancia hay cuando se trata de fármacos para enfermedades agudas o que se toman «a demanda», como son los analgésicos, antiinflamatorios como el ibuprofeno o tratamientos dermatológicos. En este caso son muchos los que dejan el fármaco en la farmacia, y más si tienen que pagar una parte. Por ejemplo, el alprostadil, para tratar ciertos tipos de disfunción eréctil, se recoge en el 57 % de los casos recetados si el usuario está exento de pago, y únicamente en el 46 % si el pensionista debe abonar una parte.
Asimismo, hay una diferencia considerable en función de la forma de presentación del medicamento. Comprimidos y cápsulas presentan la mayor adherencia al tratamiento, con una pequeña diferencia entre pensionistas que pagan y no pagan. Tampoco influye el copago en los medicamentos inyectables, grageas o inhaladores. No obstante, en estas tres formas de presentación la adherencia es mucho más baja -inyectables e inhaladores no se retiran de la botica en el 30 % de los casos-. La divergencia es mucho mayor en los comprimidos efervescentes, cremas y pomadas, en donde sí hay mucha diferencia si se analizan por separado los pensionistas que tienen un copago y los que no -perceptores de pensiones no contributivas, por ejemplo-.
Suben los envases devueltos
Aunque hay muchas recetas que no se retiran, también se adquieren muchos medicamentos que después no se utilizan. Los puntos Sigre de recogida de envases vacíos o con restos de fármacos, así como de productos de parafarmacia, recogieron en el primer semestre del 2014 una media de 98 gramos por habitante y año. Esta cifra ha ido subiendo progresivamente, ya que en el 2008 apenas superaba los 65 gramos.