El caso Alvia llega al Senado de EE. UU.

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

La familia de una víctima estadounidense del accidente ferroviario logra que un senador consulte con el Departamento de Estado sus «dificultades» con la Justicia española

03 ago 2018 . Actualizado a las 23:10 h.

La familia de Myrta Fariza, la última víctima mortal reconocida por el accidente del Alvia y ciudadana estadounidense, lucha desde hace más de un año por mantener viva la memoria de su ser querido. Ya han logrado que centenares de personas se fotografíen en las redes sociales con el lema Justice for Myrta (Justicia para Myrta) y sus dudas sobre el tratamiento judicial que está recibiendo el caso en España les han llevado a contactar con John Cornyn, senador del Partido Republicano por Texas, el Estado en el que viven. La desimputación en octubre de doce cargos del ADIF y las últimas evoluciones de la instrucción judicial -creen que hay un interés por dar carpetazo a la causa- los animaron a llevar el asunto al Senado de Estados Unidos.

Lo que no esperaban era que el senador les hiciera caso. Su sorpresa fue mayúscula cuando hace unos días recibieron una carta que respondía al correo electrónico que Dominique Fariza, una de las tres hijas de Myrta, había enviado a la oficina del político texano, concretamente a una de sus asistentes.

La respuesta del senador evidencia esa cercanía de los congresistas y senadores estadounidenses con sus representados. John Cornyn le agradece la «información adicional respecto a sus dificultades con el sistema judicial español». Y le comunica que ha solicitado información al respecto al Departamento de Estado, equivalente al Ministerio de Asuntos Exteriores español. El senador se compromete a contactar con ellos de nuevo «tan pronto como reciba la respuesta», al tiempo que muestra su satisfacción por servir de ayuda a su representada en este asunto.

«Pensé en solicitar la colaboración del senador Cornyn porque poco después del accidente su asistente me mandó un correo electrónico para ofrecer sus servicios, pero entonces creíamos que todo estaría cubierto y que los asuntos legales se iban a resolver apropiadamente», explica Dominique desde Texas. Recuerda que en aquellos momentos recibieron ayuda por parte del Consulado de Estados Unidos en España. «Se portaron muy bien con nosotros durante las dos semanas que estuvimos allí tras el accidente», recuerda.

Buscando apoyo

En la carta en la que solicitaba la ayuda del senador, Dominique se preguntaba si podría defenderlos de alguna manera o llevarlos «por la dirección correcta». «Dieciocho meses después del accidente -escribía- nada ha sucedido en el ámbito legal. Los cargos contra los responsables del ADIF han sido retirados y el maquinista ha vuelto a su puesto de trabajo. Tenemos representación legal en España y nos hemos unido a una asociación de víctimas. Pero nos han dicho que quizás fuera de ayuda disponer de apoyo aquí de miembros de la Administración». «Espero poder contar con su colaboración en esta causa para que se haga justicia para mis padres, para los otros cuatro estadounidenses que iban en el tren y todas las víctimas de este horrible accidente», añade Dominique en su solicitud. Otra ciudadana de ese país, Ana María Córdoba, falleció también en el Alvia.

Myrta viajaba con su marido Bobby en el tren que descarriló en Angrois. Murió con 59 años tres días después del accidente, por lo que es la víctima número 79. Ambos vinieron a España a visitar a unos familiares después de asistir a la boda de su hija Jisselle en Italia.