Las descargas afectaron al norte de Ourense y a Pontevedra y A Coruña
22 abr 2015 . Actualizado a las 14:36 h.Tras una mañana soleada, la jornada de ayer se oscureció para dar paso a una tarde de nubes y tormentas. Al cierre de esta edición, más de dos mil rayos habían caído sobre la comunidad gallega, y las tormentas todavía no habían cesado. Se dejaron sentir con especial incidencia en el norte de la provincia de Ourense, la mitad oriental de la de Pontevedra y la provincia de A Coruña. Las temperaturas, en cambio, fueron altas, e incluso la sensación de bochorno se dejó sentir en muchos puntos.
Las lluvias continuarán hoy por la llegada de un nuevo frente. Los chubascos serán especialmente intensos durante la mañana y tenderán a remitir por la tarde, aunque en principio la predicción elaborada por MeteoGalicia no apunta a que estén acompañados de aparato eléctrico.
Las lluvias darán una tregua durante la tarde y esta se prolongará durante unas horas hasta la tarde de mañana. Será entonces cuando las nubes vuelvan a descargar. Continuarán haciéndolo el viernes y, en principio, también durante el fin de semana, aunque se prevé que lo hagan con menos intensidad. Las temperaturas descenderán un poco a partir de hoy, aunque seguirán siendo agradables.
La tormenta hizo caer los sistemas de medición de Alvedro y obligó a cerrar el aeropuerto
La tormenta tuvo sus consecuencias en el tráfico aéreo. Aunque durante toda la tarde el aeropuerto coruñés de Alvedro funcionó con normalidad pese a los rayos, a última hora la terminal tuvo que ser cerrada. A las diez y media de la noche la tormenta provocó la caída de todos los sistemas de medición, obligando a suspender la actividad. En ese momento se disponía a salir un vuelo con destino a Barcelona, que tuvo que regresar al párking.
El problema, sin embargo, no duró mucho. En aproximadamente un cuarto de hora los sistemas volvieron a funcionar y el aeródromo pudo ser reabierto, informa Marta Valiña.
Antes de este percance, y aunque Alvedro no llegó a verse afectado por ello, los pilotos que realizaban maniobras de aproximación al aeropuerto coruñés buscaban la ruta más segura, puesto que las tormentas rodeaban el aeropuerto en un radio de 25 kilómetros.