Versiones encontradas del suceso

a. m. A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

MARCOS MÍGUEZ

Testigos de los hechos discrepan a la hora de evaluar las medidas de seguridad y sobre la actuación de la organización en ese tramo del rali

07 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Nadie de los que estaban en ese fatídico tramo siguiendo el rali pensó por un momento que era peligroso. Se trata de una recta, y pese a que esta nace tras una curva, lo más lógico era pensar que si un coche se salía, lo hiciera hacia el margen contrario al que estaban los fallecidos y heridos. Pese a todo, a toro pasado, las versiones de lo que allí ocurrió antes y después del accidente son dispares. Hay quien dice que los espectadores estaban en la cuneta, pegados al asfalto, sin escapatoria alguna y sin que nadie de la organización o de la Guardia Civil los advirtiese del peligro. Otros dicen que sí, que el único miembro de Protección Civil que se encontraba en ese punto había pedido varias veces al público que se apartase unos metros más.

Emilio Suárez estaba allí, muy cerca de la pareja de Cambre muerta. Sostiene que «nadie nos advirtió de nada. Solo a los que estaban en el arcén de enfrente, que sí los desplazaron, alejándolos de la curva». El caso es que una de esas personas a las que retiraron de ese margen dice que sí oyó a un miembro de Protección Civil «no una, sino varias veces», pedir a los espectadores que se retirasen unos metros, que no estuvieran tan metidos en la cuneta. «Y nadie le hizo caso», concluye. Fran González no es el único que afirma haber oído esas recomendaciones por parte de la organización. Su novia, Carmen, estaba ayer presente en la concentración frente al Ayuntamiento de Carral y contaba además que había gente que «tras escuchar a la seguridad pedir que se echasen hacia atrás, algunos lo hacían, pero en cuanto se fueron volvieron al mismo lugar en el que estaban».

Pero esta pareja quiere dejar claro que no es un reproche a los espectadores, sino a la organización. Porque, igual que Elena Loureiro, critica que en todo el tramo no se hubiesen dispuesto de una sola valla o cordón que impidiera al público colocarse en las zonas peligrosas.

Un alto mando de la Guardia Civil que se desplazó al lugar del accidente pide que «no se busquen culpables donde no los hay». Cree que lo ocurrido fue una «auténtica desgracia» de la que nadie es responsable. Porque también él insiste en que tras una curva a la derecha, la zona peligrosa es la del margen izquierdo, «y ahí sí se despejó de público».

Hubo quejas, por otra parte, del tiempo empleado por las ambulancias en llegar al lugar. Carral solo dispone de una y tardó en llegar entre 15 y 20 minutos, según los testigos. Los accesos estaban prácticamente colapsados, con los vehículos de los espectadores aparcados a ambos lados de las carreteras próximas. A partir de ahí, el resto de las ambulancias fueron llegando a cuentagotas. «Al principio era un caos. Todos querían que atendiesen a los suyos primero y los sanitarios se vieron desbordados», relata otra testigo.

Un equipo de la Guardia Civil viajará desde Madrid a la zona para investigar el siniestro

El accidente se llevó en Carral hasta el último resquicio de su vida cotidiana. Lo hizo en un segundo, pero con una eficacia mayor que meses de bombardeos. La gente que ayer se concentró en la plaza del Ayuntamiento de Carral se hacía preguntas y buscaba respuestas. Pero estas no llegarán hasta que el equipo de la Guardia Civil enviado desde Madrid concluya las investigaciones del accidente. Mientras, todo son cábalas.

Hay muchos interrogantes. ¿Por qué había tanta gente en ese tramo? «La gente se concentra en esa recta porque después viene una curva espectacular donde hay derrapajes», explicaba uno de los testigos. ¿Se hubiesen salvado las víctimas si hubiesen estado más metidas en el margen de la carretera y no en la cuneta? «Con toda seguridad, sí, pero nadie podía imaginar que el coche se saliese por ese lado», sostiene un mando de la Guardia Civil de Tráfico.

David, el hijo de uno de los heridos, copiloto aficionado, regresó ayer a la zona del accidente con una muleta, después de que le diesen el alta. «Estaba junto a mi padre viendo la prueba. La chica embarazada estaba a apenas dos metros de nosotros. Fue todo muy rápido», contaba destrozado, convencido de que tanto su padre como él habían vuelto a nacer el sábado.

Ayer, por la zona del siniestro pasaron decenas y decenas de personas.