El conselleiro Vázquez Almuíña reformula el órgano al que se enfrentó su antecesora, duplica su actividad y saca de la presidencia a altos cargos
28 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Junto con el ascenso de su marido, el conflicto de la hemodinámica en Lugo y la puesta en marcha del hospital público de Vigo, el de la Comisión Galega de Bioética constituye uno de los grandes patinazos que acabaron costando el puesto a Rocío Mosquera. En marzo del 2015, la entonces conselleira de Sanidade vetó la publicación de un informe sobre desigualdades elaborado por dicho comité y, con ello, provocó la dimisión en bloque de la mitad de sus miembros. Tras ocho días de crisis mal gestionada, la titular de la cartera accedió a difundir el dictamen inicialmente censurado y prometió reformular la esencia de la entidad, una labor que aún no había concluido cuando Feijoo, el pasado 4 de octubre, decidió destituirla. Su sucesor en el cargo, Jesús Vázquez Almuíña, retomó ayer la tarea emitiendo una orden que en adelante regulará las funciones, la composición y el funcionamiento del citado órgano asesor. Entre las novedades destaca que sus integrantes, desde ahora, tendrán que mantener en secreto los temas que aborden.
Los expertos del Consello de Bioética de Galicia -así pasa a denominarse oficialmente desde hoy- «deberán gardar o debido sixilo respecto dos asuntos tratados», determina el artículo 3.4 de la nueva normativa. Una cláusula que, consultada al respecto, la Xunta atribuye a la «naturaleza deliberativa» del foro, si bien no figuraba en las anteriores pautas de la comisión, dictadas en febrero del 2001 y corregidas parcialmente tanto en junio del 2006 como en julio del 2010. Además, las directrices de Vázquez Almuíña tampoco garantizan que vayan a ver la luz todos los documentos redactados por la entidad. «A publicidade das súas propostas ou recomendacións» dependerá de un reglamento de régimen interno cuya confección recaerá en los propios miembros del organismo.
Estos últimos seguirán sin cobrar por su dedicación y continuarán siendo nombrados a dedo por el conselleiro del ramo. Sumarán «un máximo de vinte», frente a los «cando menos» 11 actuales. También cambiará la fórmula para la elección de su presidente. Hasta el momento, esa responsabilidad recaía de manera automática en el director de Asistencia Sanitaria del Sergas, un alto cargo, pero en el futuro serán los mismos integrantes del comité quienes, por mayoría de al menos dos tercios, escojan líder y un segundo de a bordo.
El nivel de actividad del consejo se verá duplicado, pues se reunirá, como mínimo, una vez cada tres meses, el doble de lo establecido hasta la fecha. Y en su cartera de cometidos aparece uno nuevo (aconsejar a los profesionales de la salud, no solo a la Administración sanitaria), mientras que otro queda matizado: ya no podrá confeccionar informes salvo que Sanidade se lo pida expresamente, aunque sí presentar «propostas ou recomendacións» que «considere procedentes».
Nombramientos ya en marcha
La comisión de bioética se encuentra paralizada en la práctica desde marzo pasado. Quedará reactivada cuando el conselleiro de Sanidade designe formalmente a sus miembros para la nueva etapa que ayer comenzó el órgano asesor. Según fuentes de su departamento, ese proceso de elección «ya está en marcha», si bien no aclaran ni cuándo concluirá ni a cuántas personas concernirá del máximo de 20 a las que Jesús Vázquez Almuíña puede señalar.