Este médico experto en violencia doméstica asegura que el terreno social «en el que nos movemos está abonado de elementos que aún permiten cultivar conductas machistas»
02 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Médico forense, profesor en la Universidad de Granada y experto en violencia de género, Miguel Lorente comenzó en 1988 a investigar sobre una lacra de la que, poco a poco, la sociedad ha ido tomando mayor conciencia. Pero todavía queda mucho camino por recorrer. Porque, como dice, «el terreno social en el que nos movemos está abonado de elementos que aún permiten cultivar conductas machistas».
-Cuando hablamos de violencia machista pensamos en las mujeres, pero ¿y los hijos?
-Debemos hablar de lo dramático que resulta ver a los pequeños que se quedan huérfanos cuando se produce una muerte, pero no podemos olvidar a los hijos de esas mujeres que se separan pero no denuncian que han sufrido maltrato. En esos casos se da algo terrible. Hay niños que no quieren ver a su padre por esa razón, pero este, para poderlos ver, alega que están influidos por la madre. Hay veces en que les acaban dando la custodia y eso es una barbaridad. Luego están las parejas que no se separan. Una macroencuesta realizada en el 2011 hablaba de que hay 840.000 niños que viven con padres maltratadores.
-Hay muy pocas mujeres que llegan a denunciar. ¿Por qué?
-Culturalmente hay conductas que aún no acaban de entenderse como violencia. Hay un 44 % que no lo hacen porque no ven el tema tan grave como para hacerlo. Luego también hay desconfianza en el sistema porque no responde desde el punto de vista penal. Y además hay un 21 % de mujeres que admiten que no denuncian por vergüenza.
-¿Todavía nos cuesta calificar como violencia algunas conductas determinadas?
-Aún hay que avanzar en muchas cosas. No solo hay que cuestionar el golpe. La violencia no es espontánea. A veces no se es consciente de que estímulos más leves también lo son.