El presidente de la Diputación de Lugo tilda a Martínez de «tránsfuga»

Serafín Lorenzo / Suso Varela SANTIAGO / LA VOZ

LUGO

Darío Campos afirmó en el Parlamento de Galicia que «a única negociación oscura foi entre o señor Martínez e o PP, e hai incluso probas»

06 nov 2015 . Actualizado a las 22:35 h.

De su boca no había salido ninguna palabra más alta que otra hacia el compañero socialista que, el pasado 24 de junio, le privó de auparse a la presidencia de la Diputación de Lugo y brindó el cargo al PP al votarse a sí mismo. Pero ayer estalló. Cuatro meses después de aquella votación, uno de los episodios más rocambolescos en la etapa reciente de la política gallega, el socialista Darío Campos reprobó los desmarques del alcalde de Becerreá, Manuel Martínez, cuya actitud abocó al PSOE a pactar una moción de censura con el BNG para recuperar el timón provincial. Lo hizo en el Parlamento, al que acudió a explicar las cuentas de la institución. Aunque esa comparecencia acabó marcada por el último golpe de Martínez, que el miércoles apoyó al PP en el pleno del Pazo de San Marcos para dejar al BNG sin siete cargos y una dedicación exclusiva, que suponen 217.000 euros. Campos reprobó al PP «que se confabule cun, non sei se poderemos chamarlle tránsfuga, polo menos».

El presidente de la Diputación amagó incluso con ir más lejos en su recriminación al díscolo diputado provincial, pero se frenó. «O que está claro é que a única negociación escura foi entre o señor Martínez e o PP, e temos incluso probas», manifestó, en referencia implícita a una reunión secreta con la que fue presidenta del ente provincial durante casi cuatro meses, Elena Candia. Las acusaciones de Campos tuvieron como detonante una intervención del diputado popular José Manuel Balseiro, que aludió a la operación con la que PSOE y BNG desalojaron al PP del poder provincial como «a moción da vergoña». Balseiro, que aventuró que Campos «non vai rematar a lexislatura» porque está «metido nun avespeiro», habló de una «negociación oculta» de PSOE y BNG para amarrar la censura.

En su réplica, el presidente de la Diputación atizó al PP, al que recordó que PSOE y BNG sumaron 13.000 votos más en las municipales. Pero esas críticas acabaron solapadas por los reproches a Martínez por dar cobertura al PP. «¿Por que a moción da vergoña? Unha moción de censura está recollida na Constitución, e non ten nada de vergoña nin de antidemocrático», defendió Campos, que apostilló que a él le avergonzaría «que fai tres meses o PP lle ofreza mellorar as condicións ao BNG e que onte [el miércoles] llas quite. Iso si que non ten explicación». Se refirió así a que los asesores y dedicaciones del Bloque fueron pactados en el mandato de Candia. Por su parte, el nacionalista Cosme Pombo dijo que «o BNG intentará cumprir os seus compromisos. Sexa valente e manteña vostede os seus», pidió al presidente.

En el trasfondo de las palabras de Campos están las reuniones que Martínez mantuvo desde el verano con la entonces presidenta de la Diputación. Esos encuentros, que tenían en vilo al PSOE por lo que pudiera pasar durante la censura, acabaron siendo una pesadilla, porque el alcalde de Becerreá se citaba con Candia cada vez que se avecinaba una decisión trascendente. Así ocurrió con un café que tomaron, en víspera del pleno de la moción de censura, en una área de servicio de O Corgo. Al parecer, en los teléfonos de los diputados socialistas circularon fotos del encuentro. Martínez nunca negó a sus compañeros su relación fluida con Candia. Esta señaló ayer que no tiene nada que ocultar y que siempre se citó con Martínez en lugares públicos. «Quería saber a súa opinión e postura, nada de pacto oculto», dijo.

En el entorno de Martínez, que hoy explicará «todo o acontecido no proceso de negociación para a moción», ayer apuntaron que las declaraciones de Campos «non axudan a resolver a situación, en vez de reconducila». La Diputación ha encargado a su equipo jurídico el análisis del caso de Martínez para ver si lo remite a la Comisión de Seguimiento del Pacto Antitransfuguismo.

Diego Calvo regresa a la Delegación de la Xunta en A Coruña

Presidente de la Diputación de A Coruña en el mandato 2011-2015, Diego Calvo fue nombrado ayer delegado de la Xunta en esa provincia, cargo que ya había ocupado en el período 2009-2011. Sustituirá en él a Belén do Campo Piñeiro, a quien el Gobierno autónomo designó directora xeral de Gandeiría, Agricultura e Industrias Agroalimentarias. Además, el Ejecutivo puso a María Ángeles Teijeiro González al frente de la Dirección Xeral de Inclusión Social y a Amparo González Méndez a los mandos de la de Familia, Infancia e Dinamización Demográfica. El exalcalde de Ponte Caldelas Perfecto Rodríguez Muíños será gerente del Consorcio de Benestar.

Valentín González urge la clarificación de competencias de los concellos y diputaciones

El debate de las competencias impropias de las entidades locales afloró ayer en el Parlamento de la mano del presidente de la Diputación de A Coruña. El socialista Valentín González Formoso, también alcalde de As Pontes, apremió a clarificar las competencias de concellos y diputaciones, un ámbito en el que objetó que la reforma local se ha convertido en factor de parálisis. González avanzó un presupuesto para el 2016 de 174,11 millones, de los que 24,2 serán para obras y servicios, y 39,2 para otros planes. Asumió que heredó una institución saneada y sin deudas, pero lamentó la carga de la devolución por las liquidaciones negativas de la participación en los ingresos del Estado de los ejercicios 2008, 2009 y 2013. Precisó que la Diputación amortizará este año 5,72 millones, por lo que la devolución pendiente quedará al cierre del ejercicio en 38,43.

AGE y BNG expresaron su posición en favor de echar la persiana a los entes provinciales, lo que llevó al PP a ironizar sobre el hecho de que el Bloque cogobierne en tres de esas cuatro instituciones. También puso el acento en la clarificación de servicios el presidente de la Diputación de Lugo, Darío Campos, que presentó un presupuesto de 87,8 millones, igualmente con deuda cero.