Educación sospecha que el cátering se preparó en locales clausurados

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

monica ferreiros

La Xunta anula el contrato a las dos empresas que servían el menú cocinado en Málaga a 2.800 escolares, por el mal servicio prestado

12 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La Consellería de Educación ha sido contundente ante los problemas que afectaban al servicio de cátering de una veintena de colegios gallegos y ha rescindió el contrato a las dos empresas que servían los menús que cocinaban en Málaga y ultimaban en una nave en Galicia. Desde el inicio de curso se produjeron incidentes en centros de Cuntis, Caldas de Reis, Vilagarcía, Cambados, Culleredo, Cambre, Betanzos y A Mariña lucense. En total, unos 2.800 alumnos de veinte centros. Las dos empresas afectadas, Col-Servicol y Perea-Rojas, ubicadas ambas en Alhaurín de la Torre (Málaga), habían logrado este curso en conjunto la segunda mayor adjudicación de lotes de comedores escolares. Según el Registro Mercantil, ambas compañías de cátering son propiedad de la misma persona, Roberto Aknin, titular de otras sociedades dedicadas a la promoción inmobiliaria.

A las habituales incidencias de inicio de curso porque el alumnado no se adapta al menú durante las primeras semanas, quejas que desde la Xunta afirman que siempre se producen cuando se cambia de proveedor, la Consellería de Educación recibió denuncias más graves que llevaron a abrir dos expedientes de penalidades contra la empresa Servicol, que distribuye el cátering en los centros de la zona de A Coruña. La primera, el 27 de septiembre, al llegar unas lentejas en estado fermentado. La segunda, el pasado lunes, cuando el caldo se sirvió en las mismas condiciones y el pescado llegó en bandejas que se derretían en los hornos de recuperación de calor.

Los dos expedientes conllevan una sanción económica, y el tercero implica la resolución del contrato, es decir, la anulación del mismo. Pero la gota que colmó el vaso llegó con la sospecha de que las dos empresas prepararon los menús en instalaciones clausuradas por la inspección sanitaria en Santiago, y que se procesaron en instalaciones de hostelería de O Salnés, en locales totalmente ajenos a las entidades de cátering, lo que es un motivo de resolución del contrato.

Las empresas utilizan la llamada línea fría para elaborar los menús. Cocinan en su sede central en Málaga y en una nave en Santiago realizaban un trabajo de procesamiento. Las dos entidades preparaban los menús en la misma instalación de la capital gallega. La inspección sanitaria detectó en una de sus revisiones defectos no esencialmente graves -un problema de dimensión con respecto a la cantidad de menús que tenían que elaborar-, pero aún así clausuró las instalaciones en la primera quincena de octubre.

Es ahí cuando Educación intensificó la vigilancia a las empresas, y la gota que colmó el vaso fue la sospecha de que se preparó comida no solo en estas instalaciones clausuradas, sino en lugares ajenos a la empresa.

La Consellería de Educación notificó ayer a las dos compañías de cátering la rescisión de los contratos por causa culpable con suspensión de la ejecución del servicio. Y se ha llevado a cabo una contratación de emergencia, explica el secretario xeral técnico de la Consellería, Jesús Oitavén. En concreto se han repartido los centros entre dos empresas que ya trabajan de forma asidua en Galicia, y de hecho sirven el mayor número de menús escolares, Sala Gradín, que desde hoy llevará la comida a los seis centros de Cuntis y O Salnés; y Serunión, que se encargará de los de A Mariña y el área de A Coruña.

Esto quiere decir que hoy los 2.800 comensales de estos centros públicos estrenarán empresa de cátering, que en algunos casos ya era la que les servía la comida en cursos pasados. La decisión también se comunicó a los alcaldes de los municipios en los que están los centros.

La Administración debe iniciar otro concurso ordinario para adjudicar los comedores

Además de perder el contrato, la Xunta se reserva dentro de un procedimiento contradictorio la posibilidad de exigir daños y perjuicios. Por su parte, las empresas -aunque al parecer pertenecen al mismo grupo empresarial- tienen un plazo de diez días para alegaciones y tras conocer la resolución pueden recurrir por vía administrativa; acudir al Consello Consultivo; e incluso si lo consideran necesario optar por la vía judicial.

Una de las quejas que emiten colegios y AMPA es que en los concursos para adjudicar este tipo de concesiones se presentan ofertas tan a la baja para conseguir la adjudicación, que ponen en duda la calidad del servicio que se va a ofrecer. Las dos, en concreto, estaban en situación de baja temeraria cuando se presentaron, es decir, que su coste por menú era tan bajo que la Xunta exige que se presente una justificación especial de cómo se consigue ese precio. La Consellería de Educación, sin embargo, descarta que esta sea una de las causas de la mala calidad del servicio, «ya que hay más contratos en baja temeraria, y no solo no hubo ningún problema sino que los centros pedían repetir con esa empresa».

Tampoco hay posibilidad de primar a las entidades que garanticen que la comida se elabora en la comunidad gallega, «no se puede excluir a ninguna empresa de la Unión Europea, y además las dos tenían el certificado sanitario europeo», sostiene Oitavén. Educación informará la próxima semana del procedimiento de urgencia en el Consello de la Xunta, pero debe abrirse también un procedimiento ordinario para volver a adjudicar estos comedores escolares mediante un concurso abierto. La Administración confía en que este proceso se lleve a cabo en el primer trimestre del 2016. En cuanto a las dos empresas afectadas, este periódico intentó contactar sin éxito con ninguna de ellas.

Defensa del cátering

Pese a los problemas con estas dos empresas, la Xunta defiende el servicio de cátering como uno de los modelos de comedor escolar. En torno a 11.700 niños comen todos los días en centros públicos gestionados por la Xunta de forma indirecta, y que utilizan empresas de cátering, «polo que as incidencias acontecidas nas últimas semanas -aínda que importantes-, en ningún caso se poden extrapolar ao conxunto do servizo, que está funcionando con normalidade».