Una de las firmas de Málaga renuncia al servicio en Santiago: «No somos bien recibidos»

R. M. SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Las empresas suministradoras
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El Concello tenía previsto adjudicarle a Perea Rojas, despedida por la Xunta, la concesión de diez colegios escolares

14 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La empresa malagueña Perea Rojas, a la que la Xunta rescindió esta semana el contrato para la atención de los comedores escolares en varias localidades gallegas, ha renunciado a asumir ese mismo servicio en la decena de centros escolares de Santiago donde la gestión de esa prestación es municipal. El cátering andaluz no tenía todavía vinculación contractual con el Ayuntamiento capitalino, pero estaba previsto que así fuese de forma inminente después de haber ganado el concurso público para renovar la prestación del servicio, que justamente se iba a adjudicar en la junta de gobierno de ayer.

Pero finalmente no fue así. La propia firma demandó al ejecutivo de Martiño Noriega (Compostela Aberta) que no procediese a formalizar esa adjudicación «en vista de que inicialmente no somos bien recibidos en Santiago de Compostela». Así lo indica en un escrito en el que expone que no quiere «agravar más la situación» tras las «quejas y acusaciones recibidas por parte de los centros» que hasta hace unos días «servíamos en la comunidad autónoma de Galicia». Sin dejar de lamentar las «molestias ocasionadas», la empresa demanda en esa misma comunicación la devolución de la garantía constituida para la ahora frustrada adjudicación y las «tasas, timbres y anuncios pagados en este concepto».

La misiva ha liberado al Concello de confirmar una contratación que preocupaba en el seno del gobierno municipal ante los problemas que han trascendido en los últimos días con esta empresa y que llevaron a la rescisión de los contratos de la Xunta. El propio alcalde indicaba ayer que por encima de esa preocupación, el Concello estaba delante de una adjudicación «reglada» en base a una mesa de contratación y no podía proceder a una rescisión sin haber constatado directamente una mala prestación del servicio, porque eso «podía ser claramente considerado prevaricación». En ese escenario, lo que sí había anunciado Compostela Aberta era una actitud muy vigilante con el cumplimiento del pliego en la prestación del servicio.

La nueva, una firma local

Martiño Noriega considera que la renuncia de la empresa, que agradece ante la «compleja» situación a la que se enfrentaba el Concello capitalino, se fundamenta en la «interlocución directa» que el gobierno local tuvo con Perea Rojas para mostrarle su preocupación y la «alarma social que había na cidade», pero también en el hecho de que la propia empresa perdiera gran parte del volumen de negocio en Galicia con la suspensión del contrato de la Xunta esta semana tras las quejas por la llegada de comida en mal estado, lo que le restaría «operatividade» para atender la concesión compostelana.

El Ayuntamiento retomará el proceso de licitación para adjudicar el servicio a la segunda firma mejor clasificada, una empresa santiaguesa.