Pedro Sánchez: «Descarto totalmente la gran coalición, el PP solo cambiará cuando pase a la oposición»

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID / LA VOZ

GALICIA

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El líder del PSOE afirma tener «discrepancias ideológicas muy profundas» con el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, pero afirma que a ambos les une «que haya un Gobierno de cambio»

10 mar 2016 . Actualizado a las 18:31 h.

«Pienso que el cambio empieza en la Moncloa y la segunda estación es la Xunta de Galicia», asegura Pedro Sánchez. Pese a su derrota en la investidura, no pierde el optimismo y dice que está convencido de que será presidente del Gobierno. Y pone la pelota en el tejado del líder de Podemos. «Le digo a Pablo Iglesias que sea valiente como Albert Rivera y arriesgue», afirma el secretario general del PSOE, que hoy estará en Mesía y A Coruña.

-¿Descarta totalmente la gran coalición con el PP, ya sea con Mariano Rajoy u otro dirigente?

-Sí. Respeto mucho a sus siete millones de votantes y al PP, pero el PP y el PSOE son alternativa el uno del otro. Eso no significa que no podamos entendernos en cuestiones de Estado, como el terrorismo o la integridad territorial y me gustaría que se extendiera a la reforma constitucional. Pero son dos proyectos contrarios. Al final, la reforma laboral, la amnistía fiscal o el desmantelamiento del Estado de bienestar diferencian el proyecto conservador y el socialdemócrata.

-Pero su socio, Albert Rivera, sostiene que si se fuera Rajoy todo cambiaría.

-El PP es un partido asediado por la corrupción y solo cambiará cuando pase a la oposición.

-¿Estaría dispuesto a apoyar a un presidente independiente?

-Aquí hay cuatro candidatos y tres coincidimos en la exigencia de cambio que nos han pedido los españoles. Yo le digo a Pablo Iglesias: unámonos las fuerzas del cambio, como hicieron en Portugal. Iglesias dice que tiene que ser solo la izquierda, pero los españoles no votaron un bloque mayoritario de izquierdas ni de derechas. Yo me veo en La Moncloa, estoy convencido de que seré presidente del Gobierno y de que al final las fuerzas del cambio se unirán. Espero que Iglesias recapacite. Tiene que entender que la democracia no consiste en imponer tu criterio.

-Solo con la abstención de Podemos no le bastaría.

-A mí me gustaría que Iglesias votara a favor. Muchos votantes de Podemos no entenderían que quien bloquee el cambio con su negativa o su abstención sea Iglesias. La semana pasada ya los traicionó. Lo que no puede ser es que Iglesias se haya convertido en la tabla de salvación de Rajoy. Los españoles dijeron no a un Gobierno partidista, no a un Gobierno monocolor, no a un bloque ideológico en el Gobierno, dijeron sí al mestizaje ideológico. La lógica es el cambio e implica que tres partidos políticos con ideologías completamente distintas se pongan de acuerdo.

-¿Iglesias es un obstáculo para el acuerdo?

-Tengo un buen trato con él en lo personal, pero cuando lo veo en la escena pública me desconcierta. Me sorprendió el odio y el rencor que tiene contra el PSOE una persona de 38 años, y que utilizara expresiones como la cal viva o la guerra sucia, que cuando se debatían tanto él como yo íbamos en pantalón corto. Tenemos que dejar de lado los reproches y los desacuerdos y pensar en aquellas cuestiones en las que estamos de acuerdo. Ese esfuerzo lo hemos hecho con Ciudadanos, que es un partido de centro-derecha, con el que tenemos discrepancias ideológicas muy profundas, pero nos une un mismo objetivo: sacar adelante a España, que tenga un Gobierno de cambio. Cualquiera de las peores medidas de las 200 de nuestro acuerdo es mejor que mantener a Rajoy. El acuerdo es abierto, no excluyente, convoca y no confronta, y aspira a representar a la mayoría de los españoles.

-¿Se fía de Iglesias?

-A mí me gustaría fiarme de Iglesias, de verdad, pero las cosas que veo y cómo maltrata al PSOE me hacen dudar. Me refiero a los reproches, las descalificaciones y el resentimiento que plantea.

-¿Hay una pinza Rajoy-Iglesias?

-Yo nunca diré pinza, pero es evidente que hay una coalición en negativo para que España no tenga un Gobierno de cambio.

-Llama la atención el esfuerzo que ha puesto en pactar con Ciudadanos en contraste con lo poco que ha hecho para hacer lo mismo con Podemos.

-Yo, por afinidad, pensaba que iba a ser más fácil hablar con Iglesias que con Rivera, el problema es que lo que me he encontrado han sido vetos y líneas rojas. El primero fue el referendo de Cataluña, el segundo fue que querían un candidato independiente que no fuese yo, el tercero fue la vicepresidencia con todos los atributos. Lo digo sarcásticamente, si lo llego a saber me quedo con la vicepresidencia de Iglesias. Después votan que no, y ahora vuelven otra vez con la presidencia independiente. Y entre medias, la cal viva. Pero a pesar de todos los desplantes que he recibido de Iglesias, voy a dejar a un lado todo y le voy a tender la mano de nuevo. Llegaré hasta el final con Iglesias, pero tiene que entender que no puede ser el último en sentarse en la mesa de negociación y el primero en levantarse.

-¿Quién le ha prohibido pactar con Podemos, como asegura Iglesias?

-Nadie. Si hemos llegado a acuerdos con Podemos en autonomías y le estamos apoyando en ayuntamientos. Es más, en la consulta del PSOE el 80 % de los militantes avalaron mi acuerdo con Ciudadanos. Lo que quiero decir es que hemos demostrado autonomía política como partido. Yo quiero entenderme con Pablo Iglesias, pero se me hace muy difícil. Lo que me dolió más fue lo de la cal viva.

-Le acusan de haberse presentado a la investidura a sabiendas de que no la superaría para mantener su cargo de secretario general del PSOE.

-La Constitución no contempla lo que pasaría si no hubiera habido alguien que se presentara, cómo empezaría a correr el reloj de la democracia para que en última instancia se repitieran las elecciones. Mariano Rajoy estuvo 40 días con la agenda vacía, yo dije que solo daría un paso al frente si fracasaba. Mi sorpresa fue que renunció y metió al sistema institucional en un bloqueo para el que no había salida. Yo tenía dos opciones: hacer un Rajoy, un ejercicio de escapismo político, o dar un paso al frente para que empezara a funcionar el reloj de la democracia. El ejercicio de responsabilidad que ha hecho el PSOE creo que es apreciado por la ciudadanía, y el ejercicio de coraje y valentía que hice personalmente creo que también.

«Reconozco la altura política de Rivera, necesitamos políticos como él»

Sánchez no ve factible la llamada «operación Borgen», es decir que Rivera sea presidente del Gobierno. «Yo creo que Rivera es un extraordinario político al que reconozco muchas virtudes, la más importante en estos momentos es que ha antepuesto los intereses de su país a los de su partido, cuando lo más cómodo para él hubiera sido quedarse a un lado, ver los toros desde la barrera, no haberse mojado», señala. Descarta apoyar a Rivera si fuera la única forma de desbloquear la situación. «El PSOE -argumenta- tiene su candidato; yo reconozco la altura política de Rivera y creo que necesitamos políticos como él, puede que sea raro escuchar en España estas palabras de un adversario, pero es la verdad». Y no cree que perjudique al PSOE la insistencia de Rivera en que el pacto es asumible por el PP. «Para nada, demuestra las virtudes del acuerdo, dice.