El Camino de Santiago rompe su techo

Laura García del Valle
laura g. del valle REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Álvaro Ballesteros

Las rutas a Compostela ganan otro 5 % de usuarios en lo que va de año, lo que provocará que en el 2016 terminen recorriéndolas 275.000 peregrinos. Caerá de ese modo el histórico récord del Xacobeo 2010

16 oct 2016 . Actualizado a las 09:40 h.

Las islas Feroe forman un pequeño archipiélago situado entre Escocia, Noruega e Islandia que no llega a los 50.000 habitantes. De ellos, quince decidieron este año coger su mochila, sus botas y su cantimplora y emprender alguna de las rutas jacobeas. También lo hicieron 34 nicaragüenses, 210 ucranianos, 1.784 argentinos y hasta 3.712 brasileños. Contando solo a estos últimos, ya han venido más peregrinos procedentes del país de la lambada que todos los extranjeros que llegaron a la plaza del Obradoiro en 1990. Las cosas han cambiado en 26 años, vaya que sí. Tanto que, si todo sigue su curso, este año será en el que más peregrinos hayan llegado a Santiago de la historia, superando incluso los datos del Xacobeo 2010, ya que hasta el jueves 13 de octubre de este año pisaron el Obradoiro 255.448 peregrinos. O lo que es lo mismo, un 4,9 % más que en iguales fechas del 2015. Con solo mantenerse esta tendencia, el contador a finales de diciembre acabará por encima de los 275.000 romeros, frente a los 272.412 del último año santo.

Muchos son los motivos que han llevado al Camino a coronarse como una de las principales fuentes de ingresos del turismo en Galicia. Fuente de la que beben tanto la hostelería y el sector hotelero de la capital de Galicia como el resto de ciudades gallegas, que explotan sus recursos para atraer a todo aquel que se acerca a Santiago; sin dejar de mencionar a los concellos por los que pasan las rutas jacobeas, que llevan varios años recibiendo ayudas para rehabilitar zonas de paso y que han visto su economía notablemente saneada gracias al sustento de los peregrinos.

Los esfuerzos por que el Camino se haga un hueco en el mercado exterior no han sido en balde. Se han fomentado caminos alternativos; las rutas francesa, primitiva y del Norte han sido declaradas patrimonio de la humanidad; el Camino ha recibido el premio Príncipe de Asturias de la Concordia, se ha adaptado al siglo XXI gracias a las múltiples aplicaciones móviles que mejoran la experiencia e incluso se ha echado al mar. Sí. Desde hace unos meses, en tres o cuatro días se pueden hacer cien millas de navegación a vela y hacer el último tramo -del Monte do Gozo a la catedral- a pie.

El Camino ha pasado de ser un valor añadido a una de las principales fuentes de ingresos del turismo en Galicia, entre otras cosas, porque combate el lastre de la estacionalidad. Y es que aunque en los meses de duro invierno las cifras de visitantes descienden considerablemente -en diciembre del 2015 y enero de este año peregrinaron 2.065 y 1.304 romeros, respectivamente-, en este mismo mes hace un año y en abril del 2014, los mochileros sumaron casi 41.000 visitas, 11.000 más que todas las contabilizadas en 1998.

Según los datos facilitados por la Iglesia, la afluencia masiva de extranjeros a Santiago tendrá mucho que ver con el hito histórico que supondrá el 2016 para el Camino. Hasta el 2005, la diferencia entre españoles y foráneos era notable. En el 2001 casi llegaban a Santiago dos españoles por cada extranjero que peregrinaba a la capital gallega. Sin embargo, desde hace diez años a esta parte la distancia se ha ido acortando. Tanto es así que en el 2012 se produjo un sorpasso que, hasta la fecha, se ha mantenido año tras año.

Por nacionalidades, los italianos son ,con una amplia diferencia, los que más se animan a conseguir la compostela. Solo este año ya han llegado a Santiago más personas procedentes de este país que todos los peregrinos que hicieron el Camino en 1995. Alemania ocupa la segunda posición, y Estados Unidos y Portugal la tercera y la cuarta, respectivamente.

Pese a que se ha disparado el número de peregrinos y el Camino se ha hecho un nombre en todo el mundo, hay cuestiones que se mantienen invariables, por ejemplo, el método elegido para llegar a Compostela. Hacer el Camino a pie continúa siendo la opción preferida por un 95 % de los usuarios. Además, el grupo mayoritario de peregrinos son los hombres; aunque cada vez son más las mujeres que se animan a realizar este tipo de turismo, en la última década, por cada diez peregrinos, solo tres o cuatro son mujeres.

¿Y qué rutas son las que tienen más demanda? Qué ruta, sería la pregunta más acertada. Ya que, aunque la Xunta ha diseñado un plan para fomentar los caminos alternativos de aquí hasta el 2021, lo cierto es que un año más el Camino Francés está siendo el preferido por los peregrinos. Hasta un 63 % de los mochileros parten de algún punto de la vía que comienza en Roncesvalles.

Piden un trazado «más accesible» para discapacitados

Un centenar de personas con discapacidad llegadas ayer al Obradoiro en bicicletas adaptadas reclamaron un Camino «más accesible». El Camino de Santiago en bicicletas adaptadas es una de las actividades «más demandadas del año», según indicó la Fundación También.

La principal razón para desplazarse a Compostela sigue siendo «cultural y religiosa»

«Las puertas del Camino se abren a todos, enfermos y sanos; no solo a católicos, sino también a paganos, a judíos, herejes, ociosos y vanos». Estas palabras, del fundador de la Asociación Española de Amigos del Camino, Ángel Luis Barreda Ferrer, representan lo que en la actualidad sucede con los peregrinos.

En lo que va del 2016, los turistas que se deciden a emprender alguna de las rutas que terminan en el Obradoiro, las realizan, en su mayoría, por motivos «religiosos o culturales». Se trata de un 46 % frente al 45 % que afirma que peregrina exclusivamente por razones «religiosas», y al 9 % que lo hace solo por una cuestión «cultural».

Respecto a los últimos tiempos, los porcentajes se han mantenido similares, aunque con un ligero descenso. Si bien hace diez años la mitad de los romeros aseguraban que su motivación era exclusivamente religiosa, el número de peregrinos que aducen esta única razón ha descendido sensiblemente. Cada año aumentan los mochileros que tienen otras razones para peregrinar a Santiago, en un buen número de casos por el aumento de extranjeros de distintas culturas y religiones que se apuntan a vivir esta experiencia.