Galicia dispone de siete puntos de encuentro, uno en cada una de las ciudades

m. s. REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

CESAR QUIAN

En estos espacios se realizan las entregas y recogidas de los menores, siempre con la supervisión de los profesionales

11 may 2017 . Actualizado a las 19:03 h.

Los puntos de encuentro familiar son el servicio especializado en facilitar el cumplimiento del régimen de visitas que determina el juez cuando en la separación de una pareja con hijos el ejercicio del derecho de visitas se interrumpa o cuando su cumplimiento sea conflictivo o peligroso. En Galicia hay siete puntos de encuentro, uno en cada una de las siete ciudades. Cada uno de ellos aglutina no solo los casos de su término municipal, sino también de su entorno. Por poner un ejemplo, las familias de la comarca de Barbanza que tengan que hacer uso de un punto de encuentro deben desplazarse hasta Santiago.

Según la información de la Xunta, los puntos de encuentro de Vigo y Ferrol están gestionados por la Asociación Camiña Social; el de A Coruña, por la Fundación Meniños; el de Ourense, por la UTE Meniños-Grupo 5; el de Lugo, por la Asociación Dignidade Lugo; el de Santiago, por la Asociación Encontro; y el de Pontevedra, por Eulen Servizos Sociosanitarios.

En estos espacios se realizan las entregas y recogidas de los menores, siempre con la supervisión de los profesionales. También se desarrollan las visitas tuteladas, en aquellos casos en los que el contacto entre el padre o la madre y los hijos tiene que realizarse con la presencia continua de un profesional del servicio por un tiempo máximo de dos horas. Todavía hay una tercera modalidad: las visitas supervisadas, que se realizan en el punto de encuentro también durante dos horas y sin la presencia continuada del equipo técnico. Esta suele ser la vía elegida, por ejemplo, cuando la persona que tiene el derecho de visita no tiene vivienda en la localidad.

Los puntos de encuentro están pensados para una intervención de carácter temporal, porque el fin último es que se normalice la situación conflictiva. Además del cumplimiento del régimen de visitas, estos servicios desarrollan otras actuaciones complementarias, como el diseño de programas educativos, la orientación y el apoyo familiar, la aplicación de técnicas de mediación o intervenciones dirigidas a reducir el impacto de la nueva situación familiar y preparar a los padres y los hijos para que las relaciones puedan ser normales.