«La velutina no va a desaparecer y hay que adaptar los trabajos a ella»

GALICIA

ALBERTO LÓPEZ

Los técnicos aconsejan desbrozar a principios de año o en un tractor con cabina

11 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace unos días, un hombre moría en Dumbría tras recibir picaduras de avispa velutina cuando estaba desbrozando una finca. Es la última de la decena de víctimas que esta especie ha provocado en Galicia desde su llegada hace casi doce años. Distintas edades, distintas profesiones y distintas localizaciones, pero si hay un dato común que vincula a todas estas víctimas es que todas ellas estaban realizando algún trabajo en el campo. «No es una especie especialmente agresiva, pero el riesgo es que al mover el nido puede picarte alguna, y si eres alérgico puedes tener problemas graves. Tenemos que ser conscientes de los riesgos. La velutina no va a desaparecer y hay que adaptar los trabajos a esta situación», dice Roberto Delgado, técnico de Seaga, la empresa pública a la que la Xunta y la Fegamp han encomendado el plan de control de esta especie invasora.

Delgado continúa su argumento: «Por ejemplo, hay que hacer los desbroces a principios de año o en tractores con cabina para evitar ser atacados si nos encontramos con un nido». El desbroce, dice el técnico, es quizás la actividad de mayor riesgo, porque si con la desbrozadora manual o con el tractor se toca un nido oculto, la reacción más probable es que las avispas salgan y ataquen para tratar de defender su hogar. «Igual no se hace bastante hincapié en los riesgos. Desde junio no deben hacerse desbroces con desbrozadora manual y, si se hacen con tractor, que sea en un tractor con cabina», insiste.

Un 60 % más de avisos

Este año ha sido especialmente intenso para los equipos de Seaga que se encargan de retirar los nidos de velutina. «No hubo un invierno muy severo, la viabilidad de las reinas fue mayor y hubo muchos nidos, por eso la actividad se incrementó bastante», explica Roberto Delgado. La especie va expandiéndose por Galicia, pero su mayor o menor presencia en cada ciclo anual depende de las condiciones meteorológicas. A estas alturas del año, y aunque «por el momento no ha hecho mucho frío», las reinas deberían estar ya hibernando «y si hay alguna actividad es residual». «Julio y agosto suelen ser los meses de más actividad. Ahora sigue habiendo llamadas, porque la gente cuando ve un nido llama, pero lo normal es que no haya actividad», asegura Delgado.

Atrás quedan unos meses frenéticos, sobre todo en el verano, cuando los equipos de retirada de nidos no daban abasto para atender todos los avisos que llegaban. Los datos oficiales lo constatan. «Este ano a incidencia desta especie superou todas as expectativas e previsións, de xeito que se rexistrou un incremento medio dun 60 % no número de avisos, ata superar os 48.100» desde comienzos del año hasta el 30 de noviembre, explican desde la Vicepresidencia Primera de la Xunta.

Los operarios de Seaga, recuerda Delgado, retiraron nidos en los lugares más insospechados —«en cajas de zapatos, en cortizas de colmenas, en mosqueras, hormigoneras,...», aunque lo habitual es que estén «en árboles, pero también en el suelo, en aleros, casas abandonadas. Tiene un ámbito de nidificación amplio», dice. Los que representan mayor riesgo para la población, argumenta, son los que están en el suelo o en muros. Una vez que llega el período de hibernación y las avispas abandonan el nido, este queda sin actividad y, aunque perviva para la siguiente campaña, no vuelve a ser utilizado. Con todo, donde haya un nido de años anteriores puede esperarse encontrar alguna colonia nueva en las inmediaciones: «Suelen hacer el nido en lugares cercanos o similares a donde estuvieron, pero el nido del año anterior no lo vuelven a utilizar», apunta el técnico. Este año, añade, «quizás no se ven tanto en los árboles y más en el suelo».

En estos doce años, la velutina ha demostrado adaptarse con gran facilidad al territorio. Además, «no tiene enemigos naturales o son muy residuales», y «no hay un control natural ni métodos efectivos» para hacerle frente —«los resultados del trampeo no son los deseables»—, de manera que cada año va colonizando nuevos espacios. Cuando llegó a Galicia se creía que solo afectaría al litoral, y en cambio, «cada vez afecta a zonas más interiores», hasta el punto de que no solo en Lugo y Ourense, sino «hasta en Burgos o en Palencia ya se están viendo nidos». También se decía que no soportaba bien la altitud, y que los mil metros serían una barrera, pero está apareciendo en zonas altas, incluso por encima de esa referencia. «Donde haya abejas va a haber velutina», avanza Delgado.

29.299 nidos hasta noviembre

Decía el técnico de Seaga, confirmando las impresiones de los apicultores y de los sectores más afectados por la actividad de la avispa velutina, que este año hubo muchos nidos. El balance del plan centralizado de retirada de nidos lo corrobora también. Desde el 1 de enero hasta finales de noviembre, a un mes por tanto de que concluya el año, se habían eliminado 29.229 nidos: 12.131 en la provincia de A Coruña, 4.547 en Lugo, 3.706 en Ourense, y 8.845 en Pontevedra. Las cifras de esos once meses superan a las del año 2022 completo. Entonces se habían neutralizado 22.223 colonias, 10.352 en A Coruña, 6.899 en la provincia de Pontevedra, 2.918 en Lugo y 2.054 en Ourense. De hecho, es el dato más alto desde que la velutina llegó a Galicia, por encima de los 26.006 nidos del 2018, el récord hasta este 2023.