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Los sanitarios de los hospitales gallegos se plantan ante las agresiones que sufren: «Seguridade xa!»

Redacción LA VOZ

GALICIA

Cientos de profesionales se han concentrado este jueves frente a los servicios de urgencias para exigir que no vuelva a repetirse un episodio violento como el que sufrió un enfermero en el Chuac, al que acuchillaron el lunes

06 feb 2025 . Actualizado a las 15:34 h.

La agresión de un paciente a un enfermero y a un vigilante de seguridad del Chuac este lunes ha desencadenado una ola de protestas en los hospitales gallegos. Después de la manifestación del martes, este jueves cientos de sanitarios han vuelto a concentrarse a las doce de la mañana ante los servicios de urgencias para exigir que no vuelva a repetirse un episodio violento como el de sus compañeros Ismael y Marco. «La seguridad de los profesionales sanitarios no debe verse comprometida mientras salvan vidas», avanzaron en un comunicado desde la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes).

Se plantan ante las agresiones y piden un protocolo que los proteja ante situaciones violentas como esta que, según denuncian, son la realidad de su día a día. Varios enfermeros relataron los insultos, agresiones y amenazas que han sufrido mientras trabajaban, en hospitales y centros de salud. Muchas no llegan a denunciarse: solo durante el último año, el Sergas contabilizó hasta 50 delitos por ataques a sus trabajadores. La mayoría de las víctimas, ocho de cada diez, fueron mujeres (si bien son más de la mitad del personal). 

Es la segunda manifestación en las puertas del Chuac. El acto arrancó con un minuto de silencio que se rompió para lanzar mensajes contra la gerencia del hospital. «Si no tenemos los recursos suficientes para dar una buena atención, ¿cómo no van a ponerse nerviosos los pacientes? Cuando hay que esperar una o dos horas para que te atiendan, es normal que la gente se ponga nerviosa», afirmó María Formoso, presidenta de la comisión de centro del Chuac.

El personal del Hospital Montecelo, en Pontevedra, se concentró con unos carteles a las puertas del servicio de urgencias, que suele ser el blanco de las agresiones, muchas veces verbales, pero también físicas, de pacientes y acompañantes de enfermos. El jefe de servicio de urgencias del CHOP pontevedrés, Javier García Vega, comentó que muchas veces esas agresiones no se denuncian formalmente. «Lo que queremos manifestar es nuestra solidaridad con los compañeros de A Coruña y la sensación de indefensión que tenemos en los servicios de urgencias», afirmó.

Los sanitarios de Barbanza no dudaron en sumarse este mediodía a la concentración convocada por la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes). También vivieron en primera persona episodios violentos con pacientes o familiares muy alterados que provocaron numerosos momentos de tensión y pusieron en peligro su integridad física. 

La última agresión y más grave tuvo lugar hace apenas unas semanas. Era de madrugada cuando un familiar se puso muy agresivo y «cogió un ordenador y lo lanzó contra dos miembros del personal». A uno de ellos le dio, mientras que el otro compañero se salvó porque se tiró al suelo. «Nos tuvimos que encerrar en una sala hasta que se calmó, pero estamos solos para contener este tipo de situaciones», afirmó Azucena Prieto, la coordinadora de Urxencias de Barbanza. 

En Ferrol se concentraron unos 35 trabajadores, entre los que estaban presentes personal de urgencias, algunas centrales sindicales y personal directivo del CHUF. «Necesitamos unos protocolos claros, herramientas y formación para el personal sanitario y no sanitario y que las medidas se mantengan en el tiempo», protestaron. También ven imprescindible que los agresores se enfrenten a las consecuencias legales de sus actos para que se establezca un claro mensaje de que la violencia no será tolerada.

Los sanitarios de Lugo también se sumaron a las protestas en contra de las agresiones recibidas a sanitarios. El conselleiro de Sanidade, Antonio Rodríguez Caamaño, que visitó este jueves los avances de la reforma integral del centro de salud de A Milagrosa, mostró de nuevo su repulsa por la agresión y su «compromiso máximo» a la protección de los sanitarios que deben trabajar con la «máxima seguridade posible». «O que hai que facer agora é avaliar os protocolos de actuación desde o principio ata o final a través dunha análise causa-raíz, saber realmente o que pasou e a partir de aí tomar medidas», afirmó.

La presidenta de la comisión de centro del Chuac, María Formoso, trasladó a los medios el malestar del personal sanitario con lo transmitido por la dirección, a la que acusa de facilitar unos protocolos del 2012, que no ve actualizados ni adecuados a los espacios actuales. «No nos llega, queremos que nos garanticen unas condiciones adecuadas de seguridad para los pacientes y los profesionales», aseguró.

Desde la gerencia del área sanitaria de A Coruña y Cee han explicado en los últimos días que existen varios protocolos, para urgencias y para salud mental, así como de orden interno y seguridad, que regulan cómo actuar ante pacientes agresivos. Tras el episodio del lunes, se decidió reforzar la presencia de seguridad en el servicio de urgencias del Chuac y ofrecer apoyo psicológico y asesoramiento legal al personal del servicio. 

Los sindicatos han reclamado a Prosegur, la concesionaria de la seguridad y vigilancia del hospital de A Coruña, información y más coordinación tras la agresión a los dos trabajadores del Chuac. CC.OO., UGT, USO y CIG se reunieron este jueves con la empresa, que se encarga del servicio de seguridad desde el verano pasado, al ganarle la nueva adjudicación a Eulen.