El actor habló abiertamente sobre su estado de salud Festival de Málaga, donde este sábado recibió el premio de honor
26 mar 2017 . Actualizado a las 11:24 h.«Sufrí un ataque al corazón el 26 de enero, pero tuve mucha suerte, fue benigno y no ha dejado daños en la patata, como dice mi hermano». Antonio Banderas ha preferido ser franco. Así que su estado de salud fue este sábado el primer tema del que quiso hablar al enfrentarse a los periodistas en el Festival de Cine de Málaga. «Me sometí a una intervención en la que se me implantaron tres stents en las arterias coronarias, y como sufría arritmias desde hace tiempo, de motu proprio me sometí a una termoablación, pero no ha sido tan dramático como se ha escrito», explicó tras varias semanas de rumores sobre su ingreso en una clínica inglesa y posterior chequeo en un centro suizo.
El actor achacó lo ocurrido a que le metió «una paliza importante a la patata en los últimos 37 años» de su vida, y aseguró que se encuentra «muy bien, con ganas de volver a trabajar». Todo lo que le reconoció este sábado el Festival de Málaga, que le entregó su Biznaga de Oro honorífica, «empezó a quince metros de aquí», dijo, en el Teatro Romano de Málaga. «Donde en los años 70 empecé a trabajar como actor», añadió.
«Venía vestido de romano en un Vespino», recordó Banderas, que considera «extraordinario» ser profeta en su propia tierra. Reconoció además que le causa una «emoción» con la que tiene «que tener cuidado estos días especialmente».
Sobre su llegada a Hollywood con Los reyes del mambo, el intérprete rememoró que se alojaba en un hotel de Nueva York y, como no hablaba inglés, no se atrevía a llamar al servicio de habitaciones. «Debajo del hotel había una tienda de ultramarinos donde trabajaba uno que se llamaba Rodríguez. Le buscaba, le pedía mortadela y me comía un sandwich», recordó.
También tuvo palabras para Pedro Almodóvar, alguien a quien dijo le debe «muchísimo», pero a quien también considera un director «muy duro, con el que es muy complicado trabajar», porque un rodaje se convierte «en una especie de infierno creativo».
Volver a dirigir
Banderas cree que lo mejor en su carrera «está por venir» y quiere volver a dirigir, algo que le gustó en las dos películas en que lo hizo, aunque entonces admite que quizás estaba «demasiado verde». También tiene pendiente, apuntó, interpretar a su paisano Pablo Picasso a las órdenes de Carlos Saura para mostrar el proceso de creación del Guernica: «Se han salvado los problemas que había de derechos con un nuevo guión, pero no lo tengo claro. Me comprometí con Carlos con el anterior guión, que tenía un impacto emocional más profundo y un ritmo narrativo maravilloso para reflejar lo que ocurrió en esos 33 días en los que creó el Guernica». Espera poder recuperar ese primer guión ahora, cuando Antonio Banderas tiene 56 años, «exactamente la edad que tenía don Pablo Picasso cuando pintó el 'Guernica'».
A preguntas de los periodistas, se refirió a Donald Trump, a quien considera «un daño para Hollywood», y apuntó que «resulta difícil pensar que va a permanecer cuatro años en el poder». «Lo que da un poco de miedo es por qué la gente lo ha elegido, es un tema más complejo, de un desencanto general en el mundo con la política tradicional», añadió.
En cuanto al momento personal que atraviesa ahora, admitió que se está «replanteando muchas cosas» después de haberse convertido durante años en un workaholic (adicto al trabajo) y comprobar que «no podía parar, como con las palomitas de maíz». Por eso quiere parar, y precisó que lo quiere hacer en su tierra, para cumplir lo que dicen unos versos de Manuel Alcántara que ha grabado en una pared de la terraza de su casa en Málaga y que ha recitado el actor. «A la sombra de una barca me quiero tumbar un día y echarme todo a la espalda y soñar con la alegría», dijo con la voz rota por la emoción.