La relajación pasa factura al Celta

Lorena García Calvo
LORENA GARCÍA CALVO VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

El exceso de confianza y la desaparición del centro del campo desembocaron en el empate

14 sep 2015 . Actualizado a las 14:01 h.

El Celta se vistió de Jekyll y Hyde en un partido en el que fue capaz de dejar jugadas deliciosas y de ceder un empate jugando con uno más, y tras haber manejado ventajas de dos goles en dos oportunidades. Cierta relajación, malas decisiones desde el banquillo y una defensa permisiva fueron el caldo de cultivo perfecto para que el humilde Las Palmas, con un jugador menos desde el minuto diez, se marchara de Balaídos con una empate que le supo a victoria. Justo lo contrario que al Celta, que se tuvo que conformar con un empate amargo, y que incluso pudo haber perdido el partido.

El once

Un equipo de memoria

Eduardo Berizzo tiene más que claro su once. Por tercera semana consecutiva repitió a sus diez jugadores de campo. El primer cambio, Guidetti, fue sin embargo el que desencajó al equipo, puesto que apostar por cargar el ataque a costa del equilibrio del centro del campo hizo que el Celta se partiera.

El fiasco

Dar vida al rival

El exceso de relajación fue el peor enemigo de un Celta que bien podría haber vivido un partido plácido si no hubiese planteado una montaña rusa en cuanto a intensidad. Los célticos bajaron varios puntos su energía y concentración cada vez que se vieron con una renta plácida, y acabaron pagándolo encajando tres goles que sacaron los colores al equipo. Jugar en casa, con uno más desde el minuto diez, con una plantilla claramente superior y permitir que el rival marque tres tantos no tiene excusa.

La defensa

Más fallos que aciertos

Más allá de los arranques de los dos tiempos, la intensidad defensiva del Celta fue un mar de dudas. Los célticos se mostraron demasiado permisivos ante un rival que jugó con uno menos y que al contragolpe incluso pudo haber marcado el cuarto. Los hombres de arriba no apretaron lo suficiente, el centro del campo se desmoronó y la zaga, sobre todo los dos centrales, no estuvieron ni expeditivos ni intensos. Sergio tampoco tuvo su día.

El centro del campo

Movilidad y permutas

La delantera del Celta es la que habitualmente colecciona elogios por su capacidad para generar peligro y encontrar el camino del gol. Sin embargo, la línea más sensible de los de Berizzo es el centro del campo. Cuando la medular funciona, frena al rival, recupera balones, genera fútbol, y el Celta se infla, pero si el tridente Augusto- Wass- Tucu falla, los célticos lo acusan sobre manera. Ayer, cuando se despobló el centro del campo, el Las Palmas revivió.

Opciones

Permutas para frenar y crear

Augusto es la única pieza con un rol fijo en el centro del campo, puesto que Tucu y Wass viven en una permanente permuta de posiciones. El danés lo mismo ejerce de cuarto atacante, como retrasa su posición por detrás del capitán para reforzar las tareas defensivas. En el segundo tiempo, para intentar dotar de mayor consistencia el centro del campo, el danés fijó más su posición a la altura de Augusto, y durante ese tiempo el equipo funcionó. En el momento en que Berizzo decidió echarse arriba y desnudó el medio, el Celta se descompuso.

El ataque

Verticalidad y peligro

El Celta fue capaz de deleitar a ratos con un fútbol vertical, incisivo, profundo, combinativo y al primer toque que se tradujo en ocasiones claras y goles. Sin embargo, tras el tercero solo Orellana parecía tener claro dónde quedaba la portería. La decisión de Berizzo de dar entrada también a Bongonda se tradujo en jugar con cuatro delanteros centro -Nolito, Aspas, Guidetti y Orellana- que se estorbaban los unos a los otros. Nada que ver con los ataques controlados y letales del arranque en los que Wass y el Tucu conectaban con sus compañeros. Ese era el camino.

El primero que juega con uno más desde el primer cuarto de hora tres partidos seguidos

El Celta se ha convertido en el primer equipo de la máxima categoría del fútbol español que juega tres encuentros seguidos con un futbolista más desde el primer cuarto de hora de partido. Y ha sucedido además en las tres primeras jornadas.

La historia comenzó en el Ciutat de Valencia con la roja a Simao Mate a los cinco minutos de partido por pisar a Iago Aspas ante la mirada del colegiado siguió después en Balaídos en el partido ante el Rayo al derribar Toño a Iago Aspas en el minuto 9, y ayer se repitió la historia con Javi Varas de protagonista desde el minuto 10.

El único precedente de un equipo que había jugado en superioridad numérica tres partidos seguidos lo tenía el Getafe en la campaña 09/10 cuando entre la jornada 09/10 (apunta Misterchip en su cuenta de Twitter) también había jugado con uno más. Los azulones habían jugado en superioridad todos los segundos tiempos.

Desde 1994

Por otra parte, no es la primera vez que el Celta encaja tres goles jugando con uno más en la máxima categoría. La última vez había sido en La Romareda ante el Zaragoza en 1994 cuando cayó por 4-1 ante el conjunto maño.

El empate ante el Las Palmas, que pudo acabar en derrota, impide que el Celta firme su séptimo pleno en su historia en Primera División en el curso que se cumplen 50 temporadas en la élite, como recordó ayer el club por medio de los espacios publicitarios del campo.