El técnico que fue capaz de fabricar un Celta de autor

Xosé Ramón Castro
x. r. castro VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Empedernido lector y con dotes de comunicador, el fútbol es su vida

21 nov 2015 . Actualizado a las 16:15 h.

Eduardo Berizzo ha recogido todo lo bueno del bielsismo y le ha dado una vuelta de tuerca. En un mundo de frases hechas y las poses prefabricadas, el máximo responsable técnico del Celta habla de fútbol y lo hace con naturalidad, explica el porqué de las cosas, argumenta la colocación de los suyos y analiza los pormenores con pasión.

El Toto, ante todo, es un enamorado del fútbol y de todas sus ramas. Ya tenía alma de entrenador cuando era un corajudo central. El Toto es, también, una persona culta, hijo de una profesora de literatura que cultiva la lectura, amigo del escritor Eduardo Sachieri, cuyos cuentos de fútbol recitaba a su tropa en Argentina, y un comunicador de primera línea. Como buen argentino no le falta verbo, pero sin llegar al empalago. Y una persona muy inteligente, dicen los más allegados.

Berizzo es el motor del Celta, el arquitecto que ha redondeado una obra de orfebrería en la que Eusebio puso la primera piedra, Herrera los cimientos y Luis Enrique las paredes. Pero al Toto no le ha bastado con encargarse de la decoración. Sin tirar ningún tabique, ha finalizado un Celta de autor.

Un equipo que parece vivir en el desorden, pero cuya lógica de fútbol está más próxima a los logaritmos matemáticos que a la romántica lectura que cada día practica Eduardo Berizzo. Orellana no se cae al centro porque sí, lo hace por decreto. Los tres del medio campo no intercambian sus posiciones para cambiar de vistas, sino para confundir al contrario. Todo está ordenado en el desconcierto.

La honestidad

El Toto, por encima de todo, es un hombre honesto. No mira para otro lado en sus encuentros con la prensa. Lo lee todo, aunque se crea lo justo. «Acabo de llegar a este oficio, tengo que aprender y todo esto me ayuda», comenta cuando los focos de la conferencia de turno se apagan. Llama la atención que con su capacidad para comunicar y lo mucho que le gusta hablar de su deporte no conceda entrevistas. Puso el candado una semana después de llegar. Tras hacer un guiño protocolario. Lo único (malo) que traía de serie de sus años al lado del Loco y quizás siguiendo la moda que Lucho dejó en A Madroa.

Esa misma fuerza para comunicar, la tiene en su poder de seducción hacia los jugadores. Sus charlas de inicio de cada entrenamiento son míticas y siempre tienen los dardos afilados, aunque el jolgorio acaba en el momento en que los futbolistas comienzan a trabajar sobre el encintado.

Lo de marcar el campo es uno de los métodos argentinos que el Toto ha importado. Hasta la nomenclatura, desde los números de los jugadores según sus posiciones hasta los calificativos de las demarcaciones. Propio de un diccionario del totismo.

Pero lo más importante, Berizzo ha conseguido que una filosofía muy determinada y poco practicada por sus colegas vaya acompañada de resultados y de espectáculo. Porque con semejante rendimiento nadie puede tildar de arcaica la apuesta por las marcas individuales ni de defensivas armas como la intensidad y la presión cuando la línea que marca ese punto está muy próximo al área grande del equipo rival. Por eso nadie se aburre viendo al Celta. Un equipo de autor.