«Tenía que elegir entre el confort o asumir el desafío, y elegí lo segundo»

El Celta hizo oficial la salida de Augusto (por 6,5 millones de euros aproximadamente) a primera hora de la mañana, un poco después el argentino ya entrenaba en el Cerro del Espino a las órdenes del Cholo Simeone y media tarde estaba de regreso en Vigo para despedirse. Explicando que no podía dejar la oportunidad de su vida y que por eso, al contrario de lo que había hecho con otras ofertas, había decidido aceptar la propuesta del Athletic. Argumentó, también, que le debía a sus compañeros y a él mismo el jugar contra pronóstico el miércoles ante el Athletic.

Los motivos

El Atlético es uno de los clubes más prestigiosos del mundo»

Cuando el Atlético lo llamó, Augusto interpretó que había sido una bendición y que era el momento de cambiar de aires y cerrar un ciclo en Vigo. «Es el momento de cerrar un ciclo y aprovechar esta oportunidad que para mí es una bendición. El Atlético es uno de los clubes más prestigiosos del mundo». A orillas del Manzanares espera luchar por títulos, vivir al Champions en primera persona, pero sobre todo «tratar de ser cada día un poco mejor y priorizar lo colectivo sobre lo individual, como hice en Vélez y aquí».

Otras ofertas

Turquía, China, Qatar, otros equipos de la Liga española

Comentó Augusto que incluso desde antes de llegar del Celta tuvo ofertas para cambiar de aires. «Vine aquí despreciando una oferta de Turquía que triplicaba lo que me daba el Celta». Ya de celeste le llegaron ofertas de Qatar, de China según él mismo comentó, pero se guardó otros como Oporto o Fiorentina que también tocaron a su puerta. Y la segunda unidad de la realeza de la LFP: Sevilla, Valencia y Villarreal. «Nunca prioricé el dinero, pero en esta ocasión he decidido irme para afrontar un nuevo desafío deportivo, que es lo que más me seduce. No le pregunté lo que iba a ganar». En teoría, según los datos que han trascendido en Madrid, 1,8 millones por temporada hasta junio del 2019.

¿Por qué jugó?

«Se lo debía a mis compañeros, me lo debía a mí mismo y me quería ir en paz»

Con todo cerrado con el Atlético, llamó la atención que quisiera jugar el partido del pasado miércoles ante el Athletic de Bilbao. El argentino explicó que «tomé la decisión porque se lo debía a mis compañeros, me lo debía a mí y me quería ir en paz, y ahora estoy en paz». Lo hizo, según sus palabras, atendiendo el dictamen del corazón: «Podía recurrir a la inteligencia y no arriesgar o escuchar al corazón y no traicionarme ni a mi ni al celtismo, y le incliné por el corazón sabiendo que lo arriesgaba todo».

El Celta

«No me dan las palabras para agradecerle todo»

Augusto Fernández se marcha agradecido, consciente de lo que el Celta ha supuesto en su carrera deportiva: «He sentido que aquí he crecido como jugador y como persona, he madurado y me he vaciado en cada partido. Tengo tantas cosas que agradecer que no me dan las palabras. Vigo va a estar siempre presente en mí». Comentó en que más de una ocasión había pensado, con su familia, que acabaría su carrera deportiva de celeste.

La salida del campo

«Ese momento es inolvidable»

Entre todo lo que se lleva el argentino, por encima de todo destaca el instante que abandonó Balaídos el miércoles: «Ese momento no lo voy a olvidar jamás es inolvidable». Del mismo modo, indica que de regresar a alguno de sus equipos, algún día, ese será el Celta: «No sé que me deparará el futuro, pero estoy seguro que si en algún momento tengo que elegir un club para volver, sería este».

Entreno en el Cerro del Espino

Augusto Fernández vivió un día movido, ya que a primera hora de la mañana tuvo su primera experiencia como jugador del Atlético de Madrid, entrenando en el Cerro del Espino. Antes, el día de fin de año había viajado a Madrid para pasar el reconocimiento médico. El único trámite que faltaba desde hacía días.

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