Una nueva rivalidad que nació en el play off del 2011

vigo / la voz

GRADA DE RÍO

El pasado reciente de ambos clubes está marcado por momentos decisivos y nombres propios

24 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El camino del Celta y el Granada está lleno de intersecciones. El pasado reciente de ambos clubes está marcado por momentos decisivos y nombres propios que van desde Iago Aspas a Nolito.

El estadio nazarí tiene un infame recuerdo para muchos célticos. En junio del 2011, con el equipo pugnando por conseguir el ascenso, los vigueses vieron cómo perdían en la tanda de penaltis y se despedían del sueño de Primera. El fondo fue un mazazo, pero también la forma, ya que en Granada se había generado un ambiente absolutamente hostil que incluso incluía incluido carteles de «Se busca» con Iago Aspas como protagonista.

«Queda ese poso tanto cuando vamos allá como cuando ellos vienen aquí, pero el fútbol cambia mucho de año a año y ya pasaron cinco, en los dos sitios quedan pocos jugadores y lo único que miramos es el bien de cada uno para su club», valoraba Jonny al ser preguntado por si la sensación de revancha sigue latente.

Solo el recibimiento en Vigo al equipo y al cuerpo técnico, con la afición rendida a su esfuerzo, logró mitigar el dolor que había experimentado el equipo aquel día en un campo en el que tanto Nolito como Orellana saben lo que es jugar como locales.

El chileno llegó al estadio de Los Cármenes en el 2010 tras haber aterrizado en España de la mano del Xerez. En su primera temporada en el equipo consiguió el ascenso a Primera, pero en la segunda Fabri no contaba demasiado con él para el equipo, por lo que acordaron cederlo al Celta en la división de Plata.

Tan buenas sensaciones dejó el Poeta en Vigo que al año siguiente, cuando los célticos buscaban un refuerzo en el mercado de invierno que supusiera un salto de calidad recurrieron a él. Consiguieron el traspaso y Orellana dio carpetazo a su historia con el club andaluz.

Y el Granada fue también el destino de Nolito cuando el gaditano buscó lejos de Portugal los minutos que no le estaba dando Jorge Jesús en el Benfica. Era enero del 2013 y el futbolista se quedó en tierras andaluzas hasta finales de temporada jugando 17 partidos y marcando tres goles. A finales de junio el Benfica y el Celta acordaban el traspaso del jugador, que ha conseguido en Vigo la estabilidad y el protagonismo que echaba en falta en Lisboa.