Un rincón celeste en Panamá

ZONA CELESTE

Miembros de Panamá Celeste, celebrando el ascenso en el 2012.
Miembros de Panamá Celeste, celebrando el ascenso en el 2012. CEDIDA

Un grupo de celtista se reúne desde hace tres años en la Taberna 21 de la capital panameña; no descartan constituirse como peña en el futuro

18 jul 2015 . Actualizado a las 12:22 h.

Empezaron siendo dos y ahora, en ocasiones, alcanzan ya el medio centenar. Panamá Celeste no es una peña oficial -no descartan constituirse como tal en el futuro-, pero sí un grupo de celtistas a quienes la distancia no les impide vivir con entusiasmo su afición por el equipo.

El artífice de este grupo es Camilo Pereira, panameño nacido en 1975 que ha vivido allí toda su vida, pero al que el celtismo le viene de familia. «Mi abuelo era celtista, mi padre también, yo lo soy desde que nací y mi hija de cuatro años se crió con el Himno del Celta como canción de cuna y es celtista hasta la médula», comenta. Su familia paterna era originaria de O Carballiño. «Mis visitas allí eran cuando tenía vacaciones en el colegio, entre enero y marzo, y luego de mayor cuando había dinero para el viaje», revela.

El resto del tiempo, se las ha tenido que ingeniar para seguir al equipo, especialmente cuando no militaba en la máxima categoría -«en Panamá no se sigue la Segunda, todo es Madrid y Barcelona»-. Hasta que descubrió la Taberna 21 - Casa Hilario, T21, «cuyo dueño es asturiano y muy del Sporting, pero con un gran aprecio al Celta que ha crecido con los años». Allí nunca tenía problemas para ver los partidos, pero solo eran dos celtistas. «Un día estaba con mi mujer e Hilario y entró alguien con una camiseta del Celta. Inmediatamente le dijimos que se sentara con nosotros para disfrutar juntos del club de nuestros amores».

Terminado aquel encuentro, en el 2012, siguieron hablando y se emplazaron para el siguiente partido. «Yendo de camino a casa, hablando con mi mujer sobre que ojalá aparecieran más fanáticos del Celta cerca, ella me sugirió que creara una cuenta en Facebook para encontrarlos». Así surgió aquel mismo fin de semana la página de Facebook Panamá Celeste.

«Con el paso de los días se fueron incorporando más y más celtistas y ya nos íbamos juntando unos cuantos en la Taberna 21 en cada partido», rememora Pereira. Pero el boom definitivo del grupo no fue tanto cosa de las redes como de una fecha clave. «El día del Celta-Córdoba del ascenso la T-21 se convirtió en la Taberna Celeste. Desde muy temprano la decoramos con bufandas y banderas que daban a la calle, llamando la atención de todo el que pasaba. Se unieron varias personas a las que les llamó la atención y se sumaron a la fiesta que teníamos montada». Una celebración en la que no faltaron las bengalas y los botes de humo.

José Carlos Blanco, celtista panameño descendiente de gallegos, con otros aficionados en la final del Mundial de 2014 en Maracaná.
José Carlos Blanco, celtista panameño descendiente de gallegos, con otros aficionados en la final del Mundial de 2014 en Maracaná.

Entre los miembros del grupo hay personas de todas las edades, aunque el grueso está entre los 30 y los 45 años. «La mayoría somos emigrantes o hijos de emigrantes, buena parte gallegos de las provincias de Ourense y Pontevedra, pero también hay de otros puntos de España y, por supuesto, panameños», analiza.

Pereira incide en que vivir el celtismo cuando te separan tantos kilómetros de la ciudad «del club que llevas en el corazón» no es nada fácil. «Se sufre el doble, porque en cada partido sientes una necesidad de estar cerca para dar todo tu apoyo a los jugadores y no se puede», lamenta. Lo pasó especialmente mal en la recta final del curso 2012/2013. «Aquellas jornadas del 4 % fueron un verdadero calvario. Esa distancia y poder disfrutar los partidos con celtistas fueron precisamente los motivos por los que hice el grupo de Facebook».

Otro problema que se multiplica para ellos es el de los horarios de los partidos. «No llevamos muy bien la diferencia horaria, porque aquí generalmente se trabaja mañana y tarde de lunes a sábado. Los partidos por la semana es casi imposible verlos, los sábados es otro problema a menos que coincida con la hora de la comida o que sea a las 22.00, las 16.00 aquí y algunos ya han salido de trabajar». El domingo es el día predilecto: «Si es a las 12.00 ya nada, porque son las 5.00 o 6.00 de aquí dependiendo del mes. Cuando realmente disfrutamos de nuestro Celta es cuando juega el domingo por la tarde noche».

Un aficionado, en el exterior del a Taberna 21 - Casa Hilario, donde siguen los partidos.
Un aficionado, en el exterior del a Taberna 21 - Casa Hilario, donde siguen los partidos.

Camilo, que dice «dudar» de si su sangre es «roja o celeste», invita a todo celtista de Panamá a que se sume a ellos. «Si se quieren sentir como en casa en Panamá, que se pasen por la Taberna 21 en la Vía Argentina y pregunte por Hilario. Y si alguno viaja de vacaciones o por trabajo (en estos tiempos hay muchos) y necesitan datos, con gusto les ayudaremos». Porque Panamá también tiene una esquinita celeste.