El servicio de mensajería japonés le gana la batalla a la aplicación estadounidense en el terreno de los usuarios Android
26 mar 2013 . Actualizado a las 21:57 h.Whatsapp acaba de descubrir cómo, independientemente de la fama o influencia, las decisiones tienen sus consecuencias. Y si vienen acompañadas de desembolso económico y de una competencia cada vez más feroz, esas consecuencias pueden ser nefastas. Después de la polémica de hace unos días, en la que Whatsapp comenzaba a cobrar a sus usuarios (como, de todas formas, advertía en su licencia de uso), el famoso servicio de mensajería veía cómo instantáneamente, su principal competidora, Line, de la japonesa Naver, ascendía a la primera posición en el ránking de las aplicaciones más descargadas durante la última semana en la tienda virtual de Android, Google Play.
Whatsapp sigue teniendo, sin embargo, más usuarios acumulados que Line, ya que el servicio de mensajería japonés superó el pasado enero los 100 millones de usuarios y Whatsapp superó esa cifra hace ya tiempo. Pero, aún así, el ascenso meteórico de Line como consecuencia de las decisiones de las últimas semanas son un duro golpe para la compañía.
Hasta el pasado domingo, Whatsapp se mantenía como la aplicación gratuita más descargada en Android, una posición en la que llevaba establecida durante años, aunque desde el inicio del cobro de licencias anuales, Line se había establecido rápidamente en la segunda posición.
Pero el lunes, coincidiendo con el segundo aniversario del devastador tsunami en Japón, precisamente el hecho que había motivado la creación de Line, la aplicación japonesa ascendía a la primera posición en Google Play, acabando con la hasta entonces hegemonía de Whatsapp, que lideraba, semana tras semana, el ránking de descargas en Google.
La previsible pérdida de usuarios, y el ascenso meteórico de su principal competidora se ve reflejado a la perfección en las gráficas de descargas de cada aplicación disponibles en Google Play. Mientras el ascenso de Line se acentúa visiblemente en las tres últimas jornadas, Whatsapp conoce un descenso durante esos mismos días.
Una situación que quizás haya hecho a los creadores de Whatsapp aplazar por el momento su estrategia de cobro, permitiendo a los usuarios continuar con el servicio de mensajería sin abonar la cuota correspondiente.
El cofundador de la app, sin embargo, negaba haber dado marcha atrás. «La política de empresa de Whatsapp no ha cambiado», confirmaba Jam Koum, desmintiendo que el servicio de mensajería pasase a ser gratuito para los usuarios de Android y dando a entender que el hecho de que ciertos usuarios continuasen pudiendo utilizar Whatsapp sin haber abonado la cuota era algo temporal y residual.
La segunda crisis de Whatsapp
La reacción de los usuarios no debería, sin embargo, haber sorprendido a los creadores de Whatsapp. Sobre todo si hubiesen tenido en cuenta las consecuencias que provocaron a finales del pasado año una serie de mensajes falsos sobre el pago de la aplicación, que se aprovechaban de un error en sus servidores.
Una serie de hoaxes (o falsas noticias) que acabarían provocando la migración masiva de usuarios a otras aplicaciones similares, sobre todo a Line, y que llevarían a los fundadores de Whatsapp a desmentir esos rumores a través de su blog.
Y es que la estrategia de Whatsapp de aplazar el pago por el servicio una y otra vez para hacerse imprescindible puede que se convirtiese, al final, un arma de doble filo. Por una parte, generaba simpatía entre sus usuarios y una mayor dependencia de la aplicación y, por otra parte, producía una «incertidumbre» sobre el cobro del servicio, que hacía que sus usuarios fuesen probando alternativas. Y, hasta la aparición de Line, ninguna había llegado a convencer por completo. Por eso, el momento elegido para empezar cobrar, con una competencia asentada, en ascenso y en campaña, quizás no haya sido el más apropiado.
Habrá que ver, por otra parte, cómo reaccionan aquellos usuarios que sí han tenido que pagar por Whatsapp al ver que otros muchos han podido continuar enviando y recibiendo mensajes sin tener que abonar ninguna cantidad. En las redes sociales, muchos de los pagadores ya se mostraban indignados. E indignar precisamente a los que no habían tenido problemas en pasar por caja también puede tener nefastas consecuencias.