Juego de Tronos 6x01: El futuro de Jon Snow y las revelaciones sobre Melisandre

P. V. REDACCIÓN / LA VOZ

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El primer capítulo de la sexta temporada se ha estrenado con la muerte de tres personajes y un inesperado descubrimiento sobre la mujer roja

30 abr 2016 . Actualizado a las 20:43 h.

Juego de Tronos ha regresado a la pequeña pantalla después de diez meses con el capítulo La Mujer Roja. Y lo ha hecho retomando las tramas exactamente donde las había dejado. La multitud de personajes a los que había que tratar y la menor duración del episodio con respecto a lo que venía siendo habitual hacen que el capítulo sepa a poco, pero funciona a la perfección como introducción a la nueva temporada y para colocar las múltiples piezas sobre el complejo tablero ideado por George R. R. Martin.

El primer capítulo de la sexta temporada da respuesta a muchas de las incógnitas que había dejado en el tintero Juego de Tronos y, como guinda, ofrece una sorprendente y perturbadora revelación que explica y justifica que sea precisamente Melisandre la que da título al episodio.

(A partir de aquí, la reseña da detalles concretos sobre el capítulo de Juego de Tronos 6x01, titulado La Mujer Roja, de modo que si todavía no lo has visto y no quieres enterarte de nada, es mejor que no sigas leyendo)

Lidiando con la pérdida

El inicio del nuevo capítulo de Juego de Tronos comienza con tres historias con un denominador común: la muerte de un ser querido.

La primera fue consecuencia de una traición, la de unos miembros de la Guardia de la Noche que veían la que estaba armando Jon Snow al mando y decidieron acabar con él antes de que fuera demasiado tarde.

El bastardo Stark, para desgracia de muchos fans, está muerto del todo. Y, ante ese ambiente hostil del Castillo Negro, tanto el noble Davos como los mejores amigos de Jon se unen para velar y proteger el cuerpo sin vida y, de paso, crear un Estado sitiado por los desertores.

La guerra civil entre cuervos parece estar cerca. Edd el Penas aprovecha el momento para ir a buscar a los únicos que lucharían por el desdichado Jon, aquellos que le deben la vida por tener la posibilidad de pasar el frío invierno a este lado del Muro: los feroces Salvajes.

No es fácil ver ni una pizca de sensibilidad en ese pérfido exbastardo de Ramsay Bolton. Pero el mayor psicópata de Juego de Tronos parece genuinamente conmovido ante el cuerpo sin vida de su querida Myranda, tan chiflada como él y que murió durante la huida de Sansa y Theon. Eso sí, Ramsay no es de esos que desaprovechan los dones de los Siete Dioses y tiran con la comida. Así que los restos de Myranda bien servirán para que los queridos perros de Bolton se alimenten. Por suerte, todavía no hemos perdido a un psicópata.

Quien sí parece haber cedido en su maldad es Cersei Lannister, que es la que más sufre sentimentalmente la pérdida de un ser querido. La casi siempre fría leona baja desde sus aposentos hasta el puerto como si fuese Julie Andrews recién salida de Sonrisas y Lágrimas. Pero, como en el título en castellano de la película, la leona pasa rápidamente de esa infantil vivacidad al llanto al comprobar que su dulce Myrcella regresa a Desembarco tan muerta como Jon Snow.

La humillación del paseo de la vergüenza y el recuerdo de la profecía de la bruja en su niñez acaban por derrotar y dejar sin fuerzas a Cersei. Para ella, ya no hay por qué luchar.

Juego de Tronos lo ha vuelto a conseguir. Después de hacer pasar a un personaje odiado por traumáticas penalidades y desmontar todas sus debilidades, el espectador solo puede sentir compasión, misericordia y empatía hacia esta mujer que tanto había hecho sufrir.

Pero ahora estamos todos con Jaime. Dejémonos de profecías y dedícate a lo que tan bien se te da, Cersei: ponerlo todo patas arriba, montarla bien gorda y vengarte de quienes te han hecho perder tu orgullo y a tu dulce niña.

Una nueva esperanza

La desdichada Sansa Stark ha ido de mal en peor en Juego de Tronos. En este primer capítulo, su futuro no se puede presentar más negro. Pero la chica, apoyada por Theon Greyjoy y perseguida por caballeros de los Bolton y sus sabuesos durante el frío invierno del Norte, acaba salvándose y, por primera vez, es capaz de vislumbrar un nuevo futuro sin acompañantes maníacos ni maquiavélicos. Delante tiene a la valiente Brienne de Tarth, directa, noble y sin segundas intenciones, que con su potente lucha contra los ineptos soldados Bolton y la jura de lealtad hacia la joven Stark se despoja del aburrimiento y vuelve a demostrar por qué es uno de los personajes más entrañables y queridos por la audiencia.

Eso sí, el frío y la tensión deben de hacer que Sansa pase por alto un pequeño detalle sobre Brienne: los protegidos de la guerrera duran menos que un Stark. Pero quizás a la tercera vaya la vencida.

A su hermana Arya no parece irle tan bien y, en una escueta escena, sufre los abusos de la chica con la que convivía en el Templo del Dios de Múltiples Rostros, del que parece que ha sido expulsada. ¿Conseguirá la chica loba mejorar sus habilidades a pesar de su ceguera?

Los discursos de la dragona

Ya era hora que alguien le dijera a Daenerys lo pedante que puede llegar a ser ponerte a enumerar todos tus títulos cada vez que conoces a alguien. A Khal Moro le parece tan poco impresionante su presentación como a cualquier espectador después de cinco temporadas repitiendo la misma tontería. Al final, a los dothrakis solo les importa uno de esos títulos, el de «mujer de...» Ouch. Un golpe bajo. ¿Estará dispuesta la khaleesi a vivir junto al resto de viudas dothrakis? Lo que todos estamos deseando es que llegues de una vez a Poniente y te dejes de historias.

También lo estarán deseando ese dúo inimitable formado por Tyrion y Varys, que gobiernan Meereen en ausencia de la dragona y que acaban de descubrir que ellos tampoco van a poder hacer eso de volver a Poniente aunque quieran, después de que toda la flota de barcos haya sido incinerada.

Por los cerros de Dorne

Cualquier parecido entre los dornienses de la televisión y de la obra literaria es pura coincidencia. Siempre ha sido así y, con este primer capítulo de la sexta temporada, los productores de Juego de Tronos vuelven a demostrar el poco cariño que le tienen a los Martell. Casi el mismo que le tenían al mal dibujado Stannis Baratheon.

La serie deja en el tintero las brillantes maquinaciones en los libros del (en apariencia) tranquilo y débil Doran Martell y, en su lugar, ponen a unas maniqueas Serpientes de Arena liderando la función.

«Ningún hombre débil volverá a regir en Dorne», dice la traidora Ellaria mientras asesina a Doran después de que su hija mate al hábil guerrero y guardaespaldas Aero Hotah, que aquí tampoco demuestra ser gran cosa.

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Mientras, las otras dos Serpientes de Arena le hacen un Pinocho al fantasioso Trystane Martell.

Queda así inaugurada en Dorne la era de las Serpientes de Arena, de lejos los peores personajes, por mal dibujados y poco creíbles, de Juego de Tronos, que logran deslucir el legado del magnífico Oberyn. Pues que os vaya bien, Serpientes.

La verdadera faz de la mujer roja

La gran sorpresa del inicio de Juego de Tronos tiene nombre: Melisandre. No hay ninguna duda de que ella tiene la gran escena del episodio, por inesperada, impactante y perturbadora.

Ya poca gente confía en sus habilidades mágicas. Y la Bruja Roja ha demostrado que a la hora de leer las llamas es un poco miope. Pero pocos minutos antes de la gran revelación, Davos habla de que el poder de la mujer es real y que podrá ayudarlos a vencer a sus enemigos de la Guardia de la Noche.

Antes de irse a la cama, Melisandre se quita su gargantilla y, para sorpresa de todo el mundo, demuestra su verdadera faz. La ardiente y atractiva Bruja Roja es, en realidad, una muy anciana señora con el rostro ajado y las carnes flácidas. ¿Cuántos siglos tiene Melisandre? «La noche es oscura y alberga horrores», dice siempre la mujer. Y tanto, Melisandre. Tú, sin duda, eres uno de ellos. Nunca te volveremos a ver con los mismos ojos.

Cuando pensábamos que Juego de Tronos ya no podía dejarnos más escenas perturbadoras, el final de este primer capítulo demuestra que, en este tema, la serie sigue en forma y nos regala otro momento impagable.