Hertha Marks Ayrton, obsesionada con los patrones que forman las olas sobre la arena
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Las pequeñas dunas le quitaba el sueño a la ingeniera, luchadora por el derecho al voto de las mujeres y amiga de Marie Curie
28 abr 2016 . Actualizado a las 17:59 h.Hertha Marks Ayrton -científica, luchadora por el sufragio femenino, protectora de las mujeres perseguidas por pedir el derecho al voto, amiga de Marie Curie- pasó parte de su vida preocupada por los patrones que dejaban las olas en la arena en forma de pequeñas dunas. Tal era su inquietud que convirtió su habitación en un laboratorio con tanques de arena para investigar el tema. «¿Cómo se forman estos pequeños montoncitos?», se preguntaba esta mujer, nacida hace hoy 162 años, en su estudio El origen y desarrollo de las marcas de las olas en la arena, un concienzudo análisis de los remolinos que hace el mar para crear estas ondulantes formas.
El conocimiento y estudio de Hertha Marks Ayrton sobre esta materia, las dinámicas de fluidos, le llevaría a acabar inventando un ventilador que creaba esos remolinos que ella tanto había estudiado y que se usaría posteriormente para repeler ataques con gases venenosos. No sorprende a nadie que se le diera el nombre de ventilador de Ayrton.
Hertha Marks Ayrton fue una de esas mujeres que entró por méritos propios en el Olimpo de las grandes mujeres científicas de la historia y cuya existencia ha servido para luchar contra la desigualdad de género en este ámbito. Especializada en la ingeniería eléctrica y aclamada, sobre todo, por la importancia decisiva de su labor para conseguir la estabilidad del arco voltaico, consiguió sorprender a todos en su época siendo la única mujer que participó en el Congreso Internacional Eléctrico celebrado en París en el año 1900.
Hertha Marks Ayrton, férrea defensora del derecho de la mujer a votar, no dudó en servir como protectora de aquellas sufragistas que habían sido apresadas por manifestarse por sus ideales. Ayudó también a su buena amiga Marie Curie a atravesar sus momentos vitales más difíciles cuando, tras enfermar, tuvo que sufrir el acoso de la prensa por su relación con un físico seis años después de la muerte de su esposo.
Hertha Marks Ayrton había nacido como Phoebe Sarah Marks pero, como era una agnóstica convencida, decidió ponerse de nombre «Hertha», que era como se llamaba la heroína de un poema homónimo de Algernon Charles Swinburne, una crítica directa a las religiones organizadas.
La estabilidad del arco eléctrico
Las mayores contribuciones de Hertha Marks Ayrton están relacionadas con la tecnología del arco eléctrico. Antes de que existieran las actuales bombillas incandescentes, este era el método más utilizado para lograr una iluminación artificial. Se consigue a través de dos electrodos que se someten a una diferencia de potencial dentro de una atmósfera gaseosa enrarecida, semejante a lo que sucede cuando hay un relámpago. Al entrar en contacto los electrodos, se produce una descarga con forma semicircular que se conoce con el nombre de arco voltaico o eléctrico.
Hasta el trabajo de Hertha Marks Ayrton sobre este asunto, el funcionamiento de las lámparas que usaban esta tecnología eran un auténtico rompedero de cabeza. Imaginaos lo que debía ser estar en una habitación cuya fuente de iluminación se ponía a sisear, a chisporrotear, a zumbar y a girar, produciendo una luz inestable, inquieta y cambiante.
Hertha Marks Ayrton se había decidido a acabar con eso y, de paso, buscar la forma de dotar de una mayor seguridad al sistema, ya que tenía un problema añadido: el calor que desprendía el arco voltaico acababa derritiendo casi todos los materiales, así que tampoco es que los investigadores tuvieran muy fácil encontrar con qué hacer el aislante adecuado.
En un libro publicado en 1902, titulado El arco eléctrico, Hertha Marks Ayrton establecía cuáles eran las relaciones entre la potencia administrada, el potencial a lo largo del arco, la corriente y la longitud del arco. Al final, llegó a una conclusión y a unas recomendaciones para cambios en su diseño. «El arco más eficiente», concluía en su aclamado estudio, «se obtendría de unos carbonos infinitamente estrechos y un infinitamente corto arco». Los círculos científicos recibieron su obra con entusiasmo y esta indujo un buen número de mejoras en el tamaño, la forma y el posicionamiento de los reflectores de carbono.
El trabajo de Hertha Marks Ayrton había conseguido una mayor estabilidad en la iluminación a través del arco eléctrico y ayudó a que muchos otros investigadores hicieran evolucionar la tecnología. Ella misma, desde 1913 a 1918, registró ocho patentes; entre ellas, lámparas que se utilizarían para los proyectores de cine.Cuando años después llegó la bombilla, el método fue cayendo en desuso en el ámbito doméstico, pero en otros continuó algunos años más, como en el cine, y también ha llegado hasta nuestros días, sobre todo en la industria metalúrgica, donde los obreros del metal lo utilizan todavía a día de hoy para fundir materiales, gracias a sus efectos caloríficos. Cualquiera que use esta tecnología le debe mucho a Hertha Marks Ayrton.
Por una picadura de mosquito
Hertha Marks Ayrton viviría hasta los 69 años cuando, como consecuencia de una picadura de mosquito, fallecería por infección sanguínea. Casada con el físico William Edward Ayrton, que la apoyó en sus investigaciones, la científica dejó, además de su legado de incalculable valor, una hija: Barbara Ayrton, que acabaría siendo miembro del parlamento por el Partido Laborista.