La trama de la dragona recupera su interés con «El Libro del Desconocido» y se produce, por primera vez, un reencuentro entre hermanos Stark
18 may 2016 . Actualizado a las 11:56 h.Juego de Tronos ha regresado a la épica. La serie basada en las novelas de George R. R. Martin va pasando, a lo largo de sus capítulos, por escenas que alternan la cotidianidad, la tensión, los planes cocidos a fuego lento, las traiciones y lo violento. Pero los momentos dominados por el fervor épico que define a cualquier ficción de fantasía heroica solo aparecen de vez en cuando.
En el cuarto capítulo de la sexta temporada de Juego de Tronos, titulado Libro del Desconocido, Daenerys Targaryen vuelve a recuperar el interés de la audiencia después de una trama que muchos pensaban que no conducía a ninguna parte. Pero el momentazo protagonizado por la khaleesi fue lo último de un capítulo que estuvo plagado de avances en la trama y que, además de los instantes de las muertes, desnudos y lenguas viperinas con segundas intenciones tan comunes en esta serie, deparó algo que, hasta ahora, la serie nunca había mostrado: el reencuentro de dos Starks.
El primer reencuentro Stark desde la muerte de Ned
El Libro del Desconocido empieza con una de esas escenas emotivas que pensamos que nunca llegaríamos a ver en Juego de Tronos: el reencuentro entre dos Stark.
Es cierto que este momento le viene especialmente mal al bastardo, Jon Snow, que ahora que se había liberado de su juramento de la Guardia de la Noche, tenía pensado tomar unas (merecidas, por cierto) vacaciones una playita del sur de Poniente para relajarse y, de paso, coger un poco de colorcillo.
Pero mientras el chaval estaba preparando su equipaje, alguien llega al Castillo Negro y frustra su plan. Es Sansa Stark. Y cualquier espectador de Juego de Tronos con un mínimo de sensibilidad se habrá emocionado al ver cómo la pelirroja entra al Castillo Negro y se abraza con fuerza y cariño al hijo bastardo de su padre, Jon Snow.
Si en la conversación posterior, en la que Sansa intenta buscar el perdón de Jon por su relación en el pasado, se puede contemplar en solo un instante la madurez que ha adquirido la antiguamente caprichosa y detestable pelirroja, su posterior insistencia para que el bastardo la ayude a sacar de su hogar, Invernalia, a los Bolton, no hace más que recalcar la importancia actual de la chica en Juego de Tronos.
La carta de Ramsay
El Castillo Negro es ahora más cosmopolita que nunca en Juego de Tronos. Salvajes, Cuervos, Sansa y sus acompañantes,... No sorprende a nadie que el amor esté en el aire. Eso sí, pocos se esperarían ese interés sexual de Tormund Matagigantes hacia Brienne de Tarth.
Mientras disfrutan (es mucho decir) de la cocina del Muro entre miradas indecentes, llega una carta para el bastardo. Es del sociópata Ramsay Bolton, que no ha tardado mucho en informar a Jon Snow de que su hermanito pequeño, Rickon, está en su calabozo.
Como acostumbra el nuevo lord de Invernalia y guardián del Norte, además de dar esa información, le dedica en su carta otras lindezas que incluyen las amenazas de violar repetidamente a su hermana Sansa mientras él mira, comerse al pequeño Rickon o quitarle los ojos.
Si eso, y la insistencia de una Sansa que está hasta los mismísimos de Ramsay, no ayuda a abrir los ojos a Jon, nada lo hará.
Por cierto, que hemos vuelto a recuperar a la exsalvaje Osha (interpretada por la española Natalia Tena). Y ya ha muerto asesinada sangrientamente. Cosas que pasan en Juego de Tronos.
Bienvenido de nuevo, Meñique
Quien también ha regresado después de una sonora ausencia en Juego de Tronos ha sido Meñique, que decide visitar el Valle y se encuentra allí con el limitado hijo de Lysa Arryn. Petyr Baelish vuelve a demostrar sus dotes para la manipulación mientras intenta reunir un ejército con el que atacar, también él, a los Bolton. ¿Un ataque a Invernalia desde el norte y desde el sur? Podría ser el fin de Ramsay, pero lord Bolton siempre se saca algún as de la manga.
Un plazo para los esclavistas
Los primeros capítulos de la sexta temporada de Juego de Tronos han mostrado algunas vagas tramas que no parecen conducir a ningún sitio. Aunque la de Daenerys consigue remontar el vuelo en este episodio, la de Tyrion y Varys como gobernantes de Meereen continúan sembrando dudas sobre su dirección.
El pequeño Lannister sigue regalando su exquisita retórica y su carismática retórica, y no hay ninguna duda de que él y el eunuco están allanando el camino para lo que vendrá después. Pero sus escenas siguen sin despertar un verdadero interés.
Eso sí, dentro de su estrategia, Tyrion decide regalar a los señores de las ciudades de la Bahía de los Esclavos el servicio de prostitutas, demostrando que Juego de Tronos sigue siendo Juego de Tronos seis temporadas después. No se puede negar esta apuesta por la continuidad.
A punto de la guerra civil en Desembarco
Mientras, Jaime y Cersei siguen a lo suyo en la capital de Poniente. Buscando de qué forma recuperar el poder que le ha sido arrebatado y después de la misteriosa revelación de Tommen a Cersei sobre las confidencias del Septón Supremo que está dando lugar a todo tipo de teorías, los Lannister consiguen poner a la Dama de las Espinas en una encrucijada nada fácil: o permite que Margaery se someta a un paseo de la vergüenza similar al que ella misma ha pasado o, en caso contrario, ayuda con su ejército a derrocar al Gorrión Supremo, el enemigo número uno de la Corona.
La guerra parece cercana en Desembarco del Rey. Pero, ¿no sufrirán Margaery y Loras las consecuencias? Los hermanos están en una situación complicada y el Caballero de las Flores no tiene fuerzas para seguir luchando. La reina, por el contrario, buscará cualquier forma de recuperar el poder ante el populista Gorrión Supremo.
La cabeza más importante de la Fe de los Siete en Desembarco del Rey, siempre bastante hablador, le ha confiado a Margaery secretos de su pasado. El Gorrión Supremo no había sido siempre tan modesto como hoy en día. Ya hay muchos fanáticos de las teorías y buceadores en la obra de George R. R. Martin que están buscando quién puede ser ese antiguo señor de Juego de Tronos que lo abandonó todo para dedicarse a la Fe.
El renacimiento de Daenerys
La dragona, a diferencia de Jon Snow, nunca había muerto, pero su trama en Juego de Tronos tenía menos vida últimamente que los Caminantes Blancos.
Después de que el impagable dúo cómico que suponen Daario Naharis y Jorah Mormont consigan llegar a Vaes Dothrak y ver a su querida khaleesi, Daenerys Targaryen decide apostarlo todo a su ignífuga habilidad.
La dragona convierte en una trampa mortal en forma de pira funeraria la tienda donde se reúnen los líderes y ella se muestra, desnuda e ilesa, ante todos los dothrakis que, desde este momento, pasarán a tratarla casi como una diosa. Daenerys ha logrado reducir a cenizas el patriarcado dothraki mientras toma las riendas de un ejército insuperable. Las cosas para la dragona han cambiado radicalmente. Y también el interés de su trama.
Por segunda vez, resurge a través de un bautizo de fuego.