Los fans de la serie estaban en lo cierto al teorizar que Bran Stark podía llegar a influir enormemente en el pasado. Y tanto
28 may 2016 . Actualizado a las 01:23 h.La primera mitad de la sexta temporada de Juego de Tronos ha sacudido por completo a los seguidores. Tras la emisión del sorprendente quinto episodio, titulado The Door (El portón, en la versión doblada), el ansia por saber que va a pasar en los dos lados del muro va en aumento.
ATENCIÓN: A PARTIR DE AQUÍ ESTE TEXTO CONTIENE SPOILERS. SI NO HAS VISTO EL ÚLTIMO CAPÍTULO SERÁ MEJOR QUE NO SIGAS LEYENDO.
Después del capítulo en el que Ned Stark era capaz de escuchar a su hijo como si fuera un susurro del viento, Bran se dio cuenta que podía llegar a interactuar de alguna forma con los hechos del pasado en sus «visiones», que son en realidad viajes astrales en el tiempo. En el quinto capítulo de la sexta temporada de Juego de Tronos, alentado por el Cuervo de Tres Ojos y los gritos distantes de Meera, Bran «posee» tanto en el presente como en el pasado a Hodor, nacido bajo el nombre de Willys. Y las consecuencias son tan demoledoras como, por desgracia, necesarias.
El principio y el fin de Hodor suceden simultáneamente, en ese demoledor momento del Hold the door (Aguanta el portón), que pasa instantáneamente a la historia de Juego de Tronos como una de las escenas más inesperadas, complejas y brillantes de la serie.
El momento acaba demostrando que todo lo que le habían vendido a Bran ese anciano entre raíces y su fallecido amigo Jojen Reed sobre el destino era cierto. El pequeño debía ir hasta el arciano al otro lado del Muro para desarrollar sus poderes, pero también para provocar lo que ya había sucedido en el pasado. Se crea, de este modo, una paradoja temporal indefectible, que acaba completando el círculo de la historia de Willys/Hodor.
Meera le grita a Bran mientras este está en trance, transportado no por casualidad a la Invernalia en la que vivía un joven y hablador Willys. La chica necesita de las habilidades brutas del gigante, que está asustado en ese momento. El joven Stark escucha un grito lejano de su amiga: «¡Toma el control de Hodor!». Y el Cuervo de Tres Ojos lo anima a hacer caso a la chica. Un Bran confuso mira a su alrededor y al único Hodor que ve es a uno joven y, de alguna forma, a través de él llega a hacer que su ayudante espabile en la actualidad. Pero el hijo de Ned, que ve desvanecerse al anciano en su visión, todavía no entiende qué está pasando. Se acerca a Willys, que ha sido capaz de verlo, y el joven mozo de cuadras oye lo mismo que su yo futuro está escuchando: «¡Aguanta el portón!». Un Hold the door en inglés, todo un reto para los dobladores españoles, que por deformación se acaba convirtiendo en lo único que el enorme chaval será capaz de repetir a lo largo de su vida.
Las piezas del complejo puzle de Juego de Tronos, que es al fin y al cabo lo que son todos de cara a la batalla final contra los Caminantes Blancos, están donde tienen que estar.
¿Es Bran el culpable de todo lo que le ha sucedido a Hodor? Lo es. Por su «descuido» (aunque sin duda fuera un plan urdido, no con maldad, por el Cuervo de Tres Ojos), Willys acaba privado de una vida normal o de una familia. Pero, al mismo tiempo, es un sacrificio necesario, sin duda, de cara a la supervivencia de Poniente contra las fuerzas oscuras.
Si Willys no se hubiera convertido en Hodor, seguramente nunca hubiera viajado con Bran, no le serviría de montura ni de protección. Tampoco habría muerto por el ataque de los caminantes. Pero era algo que tenía que pasar en el futuro porque, de todas formas, ya había sucedido en el pasado.
«El pasado ya está escrito. La tinta está seca», le dijo unos capítulos atrás el Cuervo de Tres Ojos al joven Stark. Y Bran, a diferencia de lo que muchos fans de Juego de Tronos piensan, no ha cambiado ni una coma de lo que ya sucedió, pero sí ha ayudado a escribirlo.
Porque para los arcianos, según explica el libro en el que se basa la serie de Juego de Tronos, el pasado, presente y futuro no existe. Todo es uno. Lo que hace pensar que, en realidad, todo está escrito.
Así que la gran incógnita para muchos es: ¿qué otros hechos de la historia de Poniente ha conseguido escribir el propio Bran desde el futuro? Hay quien tiene la teoría de que todos los grandes acontecimientos que nos han llevado hasta aquí han sido inducidos, conscientemente o no, por el chaval.
Uno de los momentos de la historia que todo el mundo da por hecho que fue obra de Bran es la locura del rey Aerys VI (apodado el Rey Loco, padre de Daenerys, Viserys y Rhaegar). Después de ver la interacción mínima de Bran con su padre a los pies de la Torre de la Alegría, muchos se lanzaron a teorizar sobre la intervención del chaval en el último monarca Targaryen de Poniente.
Si entrar en muchos detalles, el Rey Loco fue el responsable de la muerte del abuelo de Bran, lord Rickard Stark, y del primogénito de este, Brandon. ¿Y si Bran, intentando cambiar ese momento, hubiera acabado por provocarlo? Muchos creen que las voces que escuchaba Aerys era, en realidad, Bran Stark intentando convencerlo de que hiciera lo contrario.
El origen del nombre de Hodor ya ha abierto la veda para la influencia de Bran. ¿Será él el responsable de que su yo pasado subiese a la torre donde Cersei y Jaime Lannister mantenían relaciones en el primer capítulo de Juego de Tronos? Recordemos que en aquel momento algo llamó poderosamente la atención del chaval en aquella ventana. ¿Convencerá él a su padre para que acepte el cargo de Mano del Rey en Desembarco? Ned Stark siempre decidía reflexionar en el Bosque de los Dioses (que tenía un antiguo arciano) sobre las reflexiones importantes, y puede que un Bran del futuro lo hubiera convencido.
Si es así, Bran tendría que tomar una serie de decisiones necesarias en lo que queda de Juego de Tronos que, sin duda, podrán ser muy polémicas y duras para el propio personaje.