Julio A. Parrado, hijo del ex coordinador de IU Julio Anguita y enviado especial del diario El Mundo en la guerra de Irak, murió ayer junto al reportero alemán Christian Liebig y dos soldados americanos en un ataque con misil iraquí. Otras 15 personas resultaron heridas en la acción, dos de las cuales se encuentran en estado crítico. El ataque en el que falleció el periodista español, de 31 años, se produjo a última hora de la mañana a 15 kilómetros al sur de Bagdad, donde está situado el centro de operaciones táctico de la Segunda Brigada de la Tercera División de EE.UU. El jefe de operaciones de la unidad explicó que la suerte jugó de lado norteamericano, ya que a esa hora casi todos los miembros de la brigada se encontraban combatiendo en Bagdad, lo que evitó un mayor número de víctimas. Cúmulo de fatalidades Una suerte que no tuvo Julio, ya que ayer tenía previsto salir del campamento para cubrir la operación contra varios palacios presidenciales de Sadam. Sin embargo, uno de los responsables del despliegue no le autorizó a salir, tras comprobar que el chaleco antibalas que llevaba no tenía la calidad suficiente y que por su seguridad era mejor que se quedara en el recinto militar. La confirmación de la muerte de Anguita Parrado llegó desde el Pentágono a través del Ministerio de Defensa español en la tarde de ayer, aunque desde varias horas antes ya se temía lo peor, ya que era el único reportero español destinado en esa unidad. Hace unos días, los mandos norteamericanos le habían requisado el Thuraya ?último grito en telefonía satélite? con el que Parrado mandaba sus crónicas al diario, ya que su señal podía ser captada por el Ejército iraquí. Desde entonces se había hecho casi inseparable del periodista alemán fallecido, corresponsal de la revista Focus, con quien compartía el teléfono. Un teléfono con el que Julio dictó el domingo su última crónica. Ejercía como corresponsal en Nueva York hasta que empezó la guerra y fue elegido junto con Mercedes Gallego como los dos únicos periodistas españoles para acompañar a los soldados estadounidenses. A las 15.30 horas, la sombra de Julio Fuentes ?corresponsal del periódico que hace dos años murió en Afganistán? gravitaba en la redacción de El Mundo. Los peores presagios se cumplieron horas después y la sección de Internacional incluyó la noticia que nunca hubiera querido dar. «Antes tenían cien razones contra esta guerra. Ahora tengo 101», dijo Pedro J. Ramírez. En el periódico recordaban que la última vez que le vieron llevaba la cabeza rapada, como un marine. Dijo no sentir miedo y recordó su voluntad de estar en primera línea de fuego. Algo que también recordó su padre. Julio Anguita, que ayer tenía previsto pronunciar una conferencia en Getafe. Ante más de 500 personas, Anguita dio a conocer la noticia muy afectado: «Los que han podido leer sus crónicas han podido comprobar que era un hombre muy abierto y muy periodista; ha cumplido con su deber y yo, por tanto, voy a dirigir la palabra para cumplir con el mío». El ex dirigente de IU sentenció: «Malditas sean las guerras y los canallas que las hacen».