Quiso homenajear al jefe de cocina del barco acercando el buque a su pueblo.
17 ene 2012 . Actualizado a las 12:01 h.La polémica sobre la actuación del comandante del Costa Concordia continuó ayer tras conocerse nuevas informaciones sobre los motivos que lo llevaron a acercarse de manera peligrosa a la isla del Giglio. La prensa italiana afirmaba que Francesco Schettino había querido sorprender al jefe de camareros, Antonello Tievoli, así como al excomandante Mario Palombo, ambos naturales de la isla, con un «regalo» de la tripulación.
Tievoli, que tenía que estar en su semana de descanso pero que el mucho trabajo se lo impidió, pensó que se trataba de una broma del capitán cuando este le dijo: «Ven a ver, Antonello, estamos sobre tu Giglio». Unos minutos antes su hermana había anunciado en Facebook que el Concordia iba a pasar cercana a la costa de la isla. Tievoli, que ya ha sido interrogado por la Guardia Costera, permanece encerrado en su casa. La costumbre del homenaje, llamada en italiano inchino, (reverencia), consiste en acercar la nave a un lugar haciendo sonar las sirenas para recibir el saludo de la población.
Mientras, siguen las críticas de los náufragos contra el comandante Schetino por haberlos abandonado. Según la jueza argentina Inés Lona, de 72 años, el capitán estaba esa noche «enfiestado» (de juerga). «Varios pasajeros dijeron que el capitán estaba muy enfiestado, con mujeres, tomando [alcohol]», afirmó la jueza de Mendoza. Ella se salvó tras nadar «entre 50 y 70 metros», hasta llegar a la costa. Se tiró de la nave porque «se habían ido todos los botes. Éramos 80 personas abandonadas», explicó.
Por su parte, el español Juan Cevedo contó a Radio Caracol que vio al capitán en tierra cuando aún faltaba gente por salir del barco: «La gente se puso muy furiosa y lo tuvieron que esconder».