La empresa que intentó salvar el «Prestige» probará con el crucero

maría signo ROMA / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

La holandesa Smit pretende reflotar el buque tras extraerle el crudo.

18 ene 2012 . Actualizado a las 07:01 h.

Será la empresa holandesa Smit, la misma que participó en el intento de rescate del Prestige en Galicia (2002) y en el izado del accidentado submarino nuclear ruso Kursk (2000), la encargada de tratar de reflotar el crucero Costa Concordia. Un grupo de 20 expertos de la compañía ya han llegado a la isla del Giglio para empezar los primeros trabajos para mantener el barco a flote. Para ello han dispuesto a su alrededor grandes boyas en forma de salchichas. Además, se ocuparán de remover del interior de la nave las 2.000 toneladas de carburante que aún están dentro, operación que podrían empezar a realizar una vez finalice la búsqueda de supervivientes y que podría durar entre «dos y cuatro semanas», comentaron fuentes de Smit. El ministro italiano de Medio Ambiente, Corrado Clini, ha dado 48 horas a la naviera Costa Crociera para que presente un plan para vaciar los tanques de combustible. El Gobierno, además, ya estudia decretar el estado de emergencia en la zona.

Lo que se teme es que los restos del barco resbalen hacia el fondo del mar, a unos 88 metros de profundidad. Por ahora se mantiene sobre un banco de arena de 37 metros de profundidad y con rocas que mantienen al barco sujeto en tres puntos, pero que no son suficientes para proporcionarle estabilidad en caso de marejada, por lo que podría «acabar en el abismo» y dividido en varias partes.

«No es buena señal»

El mal tiempo ya ha provocado que el Costa Concordia se haya desplazado unos 9 centímetros en vertical, y uno y medio en horizontal. Los submarinistas que trabajan en las operaciones de rescate dicen que la nave «habla, y eso no es buena señal». Además, continúa entrando agua por los 70 metros de la apertura del casco.

Las previsiones de marejada para los próximos días hacen temer lo peor, pues el barco podría hundirse totalmente y dar así por terminadas la búsqueda y la esperanza de encontrar supervivientes. También se dificultarían las tareas para extraer las más de 2.000 toneladas de carburante, lo que conllevaría un desastre ambiental.

Por todo ello es «aún prematuro» hablar del destino de la nave, afirmó Maz Iguera, responsable de la división dedicada al remolque, salvamento y reparación de la firma genovesa Cambiaso Risso, del grupo Smit. «Antes se tiene que ver cómo se puede reflotar. Una operación de este tipo no ha sido realizada jamás y podría llevar varios meses», explicó, añadiendo que por ahora «las prioridades son otras».