Israel comenzó ayer a construir un muro de separación en la frontera con el Líbano, cerca de la aldea libanesa de Kfar Kila. El Gobierno de Tel Aviv justifica la construcción del muro, que tendrá dos kilómetros de largo y diez metros de alto, en que servirá para «mejorar la seguridad en la región y reducir las fricciones» entre ambos países, técnicamente en guerra.
Los soldados israelíes han retirado la valla de seguridad, localizada a unos metros de la llamada línea azul -trazada por la ONU para certificar la retirada israelí del sur del Líbano en el 2000-, para levantar el muro en medio de un gran despliegue de cascos azules y soldados libaneses.
El área de Kfar Kila está en el sector este del sur del Líbano, bajo el control de los cascos azules españoles de la ONU (Finul).
Adelanto electoral
El primer ministro Benjamin Netanyahu parece decidido a adelantar las elecciones, con el fin de aprovechar su popularidad para adoptar recortes sociales y oponerse con más legitimidad a Estados Unidos en lo relativo a Irán y a los palestinos. Según la radio pública, el objetivo es celebrarlas entre mediados de agosto y principios de septiembre.
Netanyahu tiene varias razones. En primer lugar, contar con el apoyo en las urnas para recortar 4.000 millones de dólares en gastos sociales en el presupuesto del 2013. También tener mayor peso para enfrentarse a Washington en lo relativo a un ataque contra instalaciones nucleares iraníes -algo a lo que también se oponen el Ejército y el Mossad-, en particular si Barack Obama es reelegido presidente en noviembre.
Otro objetivo es aprobar un proyecto de ley para obligar a todos los jóvenes a cumplir con el servicio militar, algo imposible ahora mismo al estar coaligado con partidos ortodoxos, que se niegan a cumplir con la mili. Si se cumplen los últimos pronósticos, Netanyahu podría deshacerse de sus actuales socios y coaligarse con los laboristas, Kadima y el partido creado por el periodistas Yair Lapid, que ya le dieron el sí.