Su popularidad baja por las dudas sobre si es capaz de afrontar la crisis
14 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.François Hollande, elegido hace cien días presidente de Francia, está cumpliendo sus promesas electorales pero, según las encuestas, aún tiene que convencer a sus compatriotas de que logrará reducir el desempleo e impulsar una salida a la crisis siria. Su popularidad se ha visto algo mermada por las dudas sobre su capacidad de afrontar una crisis que se está mostrando más profunda que el escenario contemplado oficialmente.
Desde que asumió el cargo, Hollande tomó medidas que anularon algunas reformas de su predecesor Nicolas Sarkozy, calificado por la izquierda de «presidente de los ricos». Así, aumentó el impuesto a la fortuna y los que se pagan por una sucesión en la que la herencia sea muy elevada, y volvió a permitir a algunos asalariados que empezaron a trabajar antes de los 18 años jubilarse a los 60.
Además, el salario mínimo aumentó levemente (2 %) y se limitó el alza de los alquileres en ciertas ciudades en las que hay una intensa especulación inmobiliaria, así como los salarios de la cúpula de empresas públicas.
No obstante, para el diario Libération (izquierda), «a los franceses les sigue costando entender hacia dónde los está llevando Hollande y su equipo».
«El antisarkosismo no constituye un programa, un cambio -por radical que sea- de estilo no basta para imponer una visión», estima. Según un sondeo publicado el sábado en Le Figaro (derecha), el 57 % de las personas interrogadas estiman que Hollande está cumpliendo con las promesas realizadas durante la campaña electoral, un 54 % de ellas han afirmado estar descontentas con sus acciones.
Solo el 40 % de las personas interrogadas confían en Hollande para lograr encontrar, junto con otros países europeos, soluciones a la actual crisis de la zona euro, y tan solo el 27 % piensan que logrará reducir el desempleo, «prioridad número uno de los franceses», recalca Le Figaro.
No obstante, el 75 % afirman estar satisfechos con el anuncio de que las tropas abandonarán Afganistán a finales de este año, y el 71 % saludan que se permita a los asalariados que empezaron a trabajar antes de los 18 años y cotizaron durante 41 años puedan jubilarse a los 60.
Pese a estar de vacaciones en Bregançon, un fuerte que posee el Estado en la costa Azul, Hollande, que cumplió 58 años el domingo, sigue realizando apariciones públicas. El sábado expresó el compromiso de su país con la «búsqueda obstinada de una solución política en Siria», al concurrir al homenaje al 88 º soldado francés muerto en Afganistán.
Críticas de Sarkozy
Hollande recordó que Francia desplegó un hospital de campaña en Jordania, «muy cerca de la frontera con Siria para ayudar a los refugiados y a los combatientes que hacen frente a la represión». A este «deber humanitario» se añade «un apoyo a la oposición siria y la búsqueda obstinada de una transición política», subrayó en un momento en que el Gobierno es objeto de las críticas de la oposición conservadora que le reprocha su «inacción» en el caso sirio.
La semana pasada, las críticas veladas de Sarkozy a la política de Hollande sobre Siria generaron malestar en el Ejecutivo francés. Desde entonces varios directivos de la derecha la criticaron abiertamente. Así, el secretario general del partido de Sarkozy, la UMP, Jean-François Copé, lamentó la «inercia de la diplomacia francesa», mientras que el ex primer ministro François Fillon, estimó que el socialista tendría que interrumpir sus vacaciones para tomar «una iniciativa diplomática fuerte».