El candidato republicano ganó 13,7 millones de dólares el año pasado, pero tan solo entregó al fisco el 14,1 %
22 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Mitt Romney hizo públicas ayer sus declaraciones de impuestos de los últimos 20 años. Según la última, en el 2011, Romney y su mujer tuvieron unos ingresos de 13,7 millones de dólares y pagaron al fisco 1,9 millones, lo que representa un 14,1 %. Además, en algún ejercicio de esos veinte años, Romney pagó todavía menos, un 13 %. Esas son las cifras que Romney se ha resistido a hacer públicas durante meses. La explicación es evidente: se trata de un porcentaje mucho menor que el que pagan la mayoría de estadounidenses.
Los impuestos en EE.UU. están divididos en seis tramos y en cada uno de ellos se paga un porcentaje que comienza con el 10 % y acaba, para las rentas más altas, con el 35 %. La razón de que Romney pague tan poco, a pesar de que sus rentas están entre las más altas, es que provienen del rendimiento del capital, es decir de inversiones financieras. Por ejemplo, Obama pagó en el 2011 un 20,5 % aunque tuvo ingresos mucho menores que los del republicano. Pero es que, en el caso del presidente, la mayoría de sus ingresos provienen de su salario.
Los datos aportados inciden en las grandes cantidades que los Romney dedican a caridad y las suman a los impuestos con lo que, lógicamente, el porcentaje resultante es más alto. Pero esas donaciones del matrimonio Romney han sido voluntarias y destinadas a aquellas organizaciones que ellos han decidido, y no para las arcas públicas.
Los nuevos datos fiscales de Romney van a servir de munición para los demócratas, que los vinculan con la negativa del republicano a cualquier subida para los más ricos. Pero Romney había prometido a principios de año que haría públicos estos datos así que no ha tenido más remedio que hacerlo. Eso sí, el momento fue cuidadosamente elegido, un viernes a las tres de la tarde (hora de la Costa Este estadounidense), cuando la mayoría de los votantes están pensando en el fin de semana y mucho menos pendientes de las noticias políticas que en cualquier otro momento de la semana.