Las componentes de Pussy Riot son trasladadas a penales en Mordovia y los Urales

EFE

INTERNACIONAL

Activistas en favor de los derechos humanos denuncian que han sido enviadas a prisiones muy alejadas de Moscú para dificultar que sus familiares y los medios de comunicación puedan informar sobre su suerte

24 oct 2012 . Actualizado a las 15:51 h.

Las dos componentes del grupo ruso Pussy Riot condenadas a dos años de cárcel por su plegaria punk en la principal catedral de Rusia han sido trasladadas a penitenciarías en la región de los Urales y la república de Mordovia.

«Según nuestros datos, Nadezhda (Tolokónnikova) ya se encuentra en la prisión Nº 14 de Mordovia. Mientras, disponemos de información de que María Aliójina ha sido enviada a la penitenciaría 32 de Perm» (Urales), aseguró hoy Violetta Vólkova, abogada de las dos jóvenes, a la agencia Interfax.

El penal Nº 14 donde ha sido recluida Tolokónnikova, la más carismática de los miembros del grupo, está cerca de una pequeña aldea y acoge a reas que cumplen sentencias por primera vez.

Según informaron fuentes penitenciarias de Mordovia, que se encuentra a más de 600 kilómetros al este de Moscú, en esa prisión las presas se dedican a confeccionar uniformes de trabajo para condiciones extremas.

La ciudad de Perm, que acoge el penal adonde fue enviada Aliójina, en su momento formó parte de la red de campos de trabajo o GULAG soviéticos y está a más de 1.400 kilómetros de la capital rusa.

Esa prisión también cuenta con una fábrica de confección, pero ofrece a las internas la posibilidad de aprender a hacer películas de dibujos animados.

El marido de Tolokónnikova, el también activista Piotr Verzilov, las prisiones a las que han sido enviadas las dos mujeres «son las penitenciarías más crueles».

El grupo Voiná, famoso por sus acciones artísticas de protesta contra el Kremlin, comparó la prisión de Mordovia con «un infierno» sobre la Tierra.

Tanto Tolokónnikova como Aliójina había solicitado cumplir sus penas en la región de Moscú para poder estar más cerca de sus hijos, ya que la primera tiene un hijo de cinco años y la segunda una hija de cuatro.

Según la prensa local, las prisiones rusas están atestadas y las condiciones de vida son duras, especialmente durante el invierno, debido a las bajas temperaturas.

Habitualmente, los presos se levantan diariamente a las 6 de la mañana, realizan ejercicios físicos al aire libre, dedican casi toda la jornada a trabajar y apenas tienen tiempo libre.

Activistas de los derechos humanos denunciaron que las jóvenes han sido enviadas a penitenciarías lejanas para dificultar que sus familiares y los medios de comunicación puedan informar sobre su suerte.

Los jueces informaron de que las mujeres de Pussy Riot hubieran sido condenadas a siete años, como solicitaba la Fiscalía, si no hubieran tenido hijos.

El pasado 10 de octubre una de las tres miembros de Pussy Riot condenadas a prisión en agosto pasado, Yekaterina Samutsévich, recibió la libertad condicional, pero sus dos compañeras vieron rechazados sus recursos.

Tolokónnikova y Aliójina mantienen su inocencia e insisten en que su acción en la catedral Cristo Salvador de Moscú tenía fines políticos y no estaba dirigida contra los creyentes ortodoxos.

«Madre de Dios, echa a Putin», decía la canción cuyo vídeo fue ampliamente difundido en internet y en el que se criticaba a la Iglesia por pedir el voto para el líder ruso, Vladímir Putin, en vísperas de las elecciones presidenciales de marzo.