Los cubanos pueden viajar al extranjero sin pedir permiso por primera vez en 50 años

Francisco Jara / Afp

INTERNACIONAL

Alejandro Ernesto / Efe

Entra en vigor la reforma que beneficia también a casi dos millones de emigrantes cubanos, que ya no tendrán que hacer largos trámites para visitar la isla

14 ene 2013 . Actualizado a las 21:13 h.

Los cubanos pueden, por primera vez en 50 años, viajar al extranjero sin pedir permiso a su gobierno desde este lunes, y ahora afrontan los problemas habituales de cualquier viajero o emigrante: el precio de los billetes y que los países de destino, Estados Unidos y España principalmente, les conceda una visa.

La eliminación de la necesidad de pedir un permiso al gobierno entró en vigor desde las 00H00 locales de este lunes (05H00 GMT) pero no se tradujo en una mayor afluencia a las oficinas de pasaportes o a los consulados extranjeros.

La ley establece que ahora todos los cubanos pueden viajar fuera del país si tienen pasaporte vigente, pues dejaron de ser necesarios el permiso de salida, o «tarjeta blanca», y la carta de invitación de alguien en el exterior.

La bloguera opositora Yoani Sánchez, a quien le negaron una veintena de veces el permiso de viaje, acudió este lunes a pedir un pasaporte en la oficina de migración del barrio habanero de El Vedado y espera tenerlo en 15 días.

«Solicité mi pasaporte y me han dicho que estará en unos 15 días. Le he preguntado (a los funcionarios) si podré viajar y me han dicho que sí, pero cuando me monte en el avión lo creeré. Estoy esperanzada pero mantengo la cautela», dijo Sánchez a la AFP.

Colas en los consulados

Al consulado de Estados Unidos acudieron cientos de cubanos este lunes para ser entrevistados para obtener visas de turismo, negocios o asistir a conferencias, pero esta cantidad de usuarios es «normal» y las citas estaban programadas desde hace meses, explicó una fuente diplomática a la AFP.

«No hemos visto hoy más gente, es lo normal, toda la gente que viene tiene que tener una cita; esto está programado hace meses y posiblemente años», dijo la fuente, que pidió no ser identificada.

«Hace meses se están entrevistando más gente todos los días», entre 300 y 350 personas, explicó.

Una cantidad usual de usuarios se observaba también en el aeropuerto de La Habana, en agencias de viajes y en los consulados de España, México y Canadá, naciones a las que también emigran muchos cubanos. Casi todos los países exigen visa a los cubanos, salvo algunas naciones del ex bloque comunista y pequeñas islas del Caribe.

Tampoco se observaba gran afluencia de público en las diferentes oficinas de migración de La Habana, donde algunos cubanos acudieron a «actualizar» su pasaporte y se enteraron que este trámite era innecesario.

«Que eficiencia, que eficiencia, ojalá que fuera así en todo», dijo a la AFP el compositor musical Lorenzo de Armas, de 65 años, tras enterarse en la oficina de migración de El Vedado que su pasaporte había sido actualizado «de oficio».

«Además no tengo que pagar ni el dinero del permiso (de viaje) ni el de la carta de invitación, es fabuloso», agregó De Armas, quien planea viajar a México a visitar a su hijo.

La reforma migratoria, anunciada el 16 de octubre, fue bien acogida por la población, aunque algunos disidentes siguen escépticos, pues temen que el gobierno les impida selectivamente salir del país.

Una de elas es la líder de las opositoras Damas de Blanco, Berta Soler, que dijo que le gustaría ir a Estrasburgo, Francia, con el fin de que el Parlamento Europeo le entregue el Premio Sajarov que les concedió en 2005 a las Damas de Blanco y que no han podido recibir debido a que el gobierno cubano les negó el permiso de viaje.

«El Premio Andrei Sajarov está esperándonos desde el 2005 en Estrasburgo, vamos a ver si el Parlamento Europeo puede preparar una ceremonia para podernos entregar el premio», dijo Soler a la AFP.

Soler, quien explicó que esperará hasta febrero para pedir pasaporte, afirmó que «la reforma migratoria es más de lo mismo, producto de que siempre va a existir un filtro, el gobierno cubano va a seleccionar quien puede o no salir del país».

La ley migratoria es una de las reformas introducidas por el presidente Raúl Castro desde que sustituyó en el mando a su hermano enfermo Fidel, quien impuso restricciones para salir de la isla en 1961, en medio de grandes tensiones con Estados Unidos, en una época álgida de la Guerra Fría.

La nueva ley permite también que los menores de edad salgan del país, pero con permiso notarial de sus padres o tutores legales.

La reforma también beneficia a casi dos millones de emigrantes cubanos, que ya no tendrán que hacer largos trámites para visitar Cuba, incluidos los deportistas y profesionales que desertaron en giras al exterior o escaparon de la isla.

Con esta reforma, la principal barrera para salir de la isla comunista ahora es económica, por los costos de los billetes aéreos y pasaportes, además de visas en otros países.

Esta traba no es menor en un país donde el salario promedio es de 20 dólares al mes, mientras el pasaporte cuesta 100 dólares y un boleto aéreo a Florida, donde reside la mayor comunidad de inmigrantes cubanos, vale más de 500 dólares.

Las autoridades dijeron que no todos los cubanos pueden solicitar el pasaporte para viajar libremente, pues los deportistas, ciertos funcionarios, militares y profesionales «vitales» seguirán con restricciones para salir del país, que tiene 11,1 millones de habitantes.

El gobierno no ha divulgado hasta ahora la lista de profesiones «vitales», pero la semana pasada se informó que los médicos no están incluidos en esta nómina, por lo que podrán viajar sin trabas.

Estados Unidos saludó esta reforma migratoria, por considerar que «es consistente con la Declaración Universal de Derechos Humanos» y anunció que no modificará su política de visas para los cubanos.

En Estados Unidos vive el 85% de los cubanos emigrados y sus descendientes. Durante medio siglo, desde 1961 hasta 2011, las propiedades de los emigrados eran confiscadas.

Hasta ahora el permiso de salida era negado selectivamente sin explicaciones. Sin embargo, unos 38.000 cubanos emigraban anualmente en forma legal y muchos otros visitaban a familiares y amigos en el exterior.