Pili Carrera: «Máxima me habló como si nos conociéramos de toda la vida»
INTERNACIONAL
La diseñadora gallega Pili Carrera diseñó los modelos de las tres hijas de los reyes de Holanda
01 may 2013 . Actualizado a las 21:17 h.Cuenta con la mayor naturalidad cómo se gestó el pedido de la reina Máxima de Holanda. Y es que para Pili Carrera toda la gente que entra en sus tiendas es importante. Tal vez por eso no se le sube a la cabeza el hecho de codearse con la realeza.
-¿Cómo llegaron sus diseños a manos de la realeza holandesa?
-A mi hija Salomé se le ocurrió enviar un catálogo y al poco tiempo respondieron que les enviáramos tres vestidos. Hará como dos meses o así se los enviamos con unas chaquetitas de manga corta y las diademas.
-¿Tardaron en responder?
-No. Al cabo de unos diez días mi hija me dice: «Mamá siéntate, te va a dar algo». ¿Vamos a abrir ya la tienda de la Quinta Avenida de Nueva York?, le pregunté. «No, me dice, acaba de llamar Máxima de Holanda».
-¿Y qué les dijo?
-Que había recibido los vestidos y que las niñas estaban tan guapas y ella tan contenta, que decidió que no llamara su secretaria y hacerlo ella misma. Dijo que eran preciosos y que nos pediría más modelos.
-¿Les pagaron?
-Sí. Al cabo de unos días nos pidieron la factura y tres modelos más. Anteayer por la tarde las niñas llevaban unas gabardinas y debajo esos vestidos. Dijeron que la Casa de Orange no permite regalos. Nos enviaron un talón y nos pidieron que les sigamos enviando catálogos.
-Entonces habló con la actual reina de Holanda.
-Sí. La señora Máxima me hablaba con la mayor naturalidad, como si nos conociéramos de toda la vida. Decía que las niñas estaban muy guapas y que nunca habían tenido unos vestidos tan bonitos. No hay más que verla a ella, tiene un caché que no veas.
-¿Cuánto valen esos vestidos?
-No llegan a los doscientos euros, cerca de 170, por ahí.
-¿Y se pueden adquirir aún?
-Quedan muy poquitos porque gustó mucho el modelo. En Vigo ya no hay y en Santiago y en A Coruña deben de quedar uno o dos. En toda España quedarán unos veinte. Donde más hay es en Kuwait, Shangai y México. Ahora enviaremos un email a las tiendas del extranjero para que en las que aún quedan los vestidos pongan que es el modelo que llevaban las hijas de los reyes de Holanda.
-Da la impresión de que, a pesar de haber llegado tan alto, no se le ha subido a la cabeza?
-No he llegado a nada, miña reina, tengo un trabajito y me considero la mujer más feliz del mundo. Levantarse y tener una ocupación... Me considero más que pagada, el resto me sobra. A nosotros esto mal no nos hace, pero la fama no se consigue así. Se gana día a día con el trabajo, el saber hacer. Es un trabajo que no se aprende de hoy para mañana.
-Su hija Salomé ya está al frente del negocio, ¿Hay en su familia antecedentes en el sector textil?
-Sí, mi padre era primo carnal de Regojo, que tenía una fábrica de camisas.